Agencias
LONDRES, Inglaterra.- El primer ministro británico, David Cameron, enfrenta la mayor rebelión conservadora de su mandato al frente del gobierno, por sus planes para legalizar los matrimonios entre parejas homosexuales.

Unos 118 parlamentarios conservadores, más de un tercio del total de legisladores oficialistas, indicaron que les preocupa la nueva medida por el matrimonio igualitario, según publica el sitio web ansa.it.

La cifra demuestra cuán dividido está el Partido Conservador al respecto, a pesar de que tanto Cameron como el ministro de Finanzas, George Osborne, expresaron su apoyo personal a la legalización de dichas bodas.

Los ministros prometieron introducir la Ley de Matrimonios Igualitarios antes de 2015, aunque esta semana la prensa local especuló que el Primer Ministro quiere acelerar el proceso para que la legislación sea aprobada antes del inicio del próximo término parlamentario, en 2013.

El gobierno indicó que le dará a los parlamentarios el derecho a una moción especial, que permitirá a los legisladores oponerse a la medida sin ser disciplinados por el Ejecutivo.

Aún no está claro si los 118 parlamentarios que expresaron preocupación al respecto votarán en contra del matrimonio igualitario.

La cadena británica Sky News entrevistó este fin de semana a varios diputados conservadores, quienes por ahora rechazan votar en contra del gobierno y rebelarse ante Cameron.

Entre ellos está el parlamentario por la circunscripción de Bournemouth Oeste (suroeste de Inglaterra), el abiertamente homosexual Conor Burns, quien sostuvo que aún no ha decidido si abstenerse o no de la votación por la moción especial.

Otros legisladores oficialistas expresaron preocupación acerca de si existirán salvaguardas legales para proteger a instituciones religiosas que se niegan a celebrar dichos matrimonios entre personas homosexuales.

Para Osborne, una eventual rebelión de los "Tory" (conservadores) contra el matrimonio igualitario no ayudará a atraer votantes del centro al Partido Conservador y hasta podría ser "tóxica" para los electores.

"Los sondeos demuestran que hay una clara mayoría de la población a favor del cambio, en especial entre los jóvenes y las mujeres", sostuvo el jefe del Tesoro.

Una eventual rebelión en la Cámara de los Comunes contra el matrimonio igualitario será percibida como un duro golpe a la autoridad del Primer Ministro, como también a su credibilidad política.

Tanto la Iglesia Católica como la Iglesia Anglicana de Inglaterra rechazan el plan, que consideran va en contra de los preceptos de sus religiones.

Las parejas del mismo sexo en Gran Bretaña tienen la posibilidad de optar por las uniones civiles, aunque el gobierno insiste que los matrimonios deben ser un derecho para todos, sin importar la orientación sexual.

También confirmó que no forzará a ningún grupo religioso a oficiar casamientos homosexuales, sino se opone a ello.

La introducción de las bodas gay ha sido apoyada por una "coalición de organizaciones arco iris" que defienden los derechos de homosexuales y lesbianas, incluida la Equality Network, Amnistía Internacional, el sindicato Unison y la Sociedad Humanista de Escocia, como también partidos políticos.

Entre los grupos religiosos que apoyan la propuesta está la Iglesia Unitaria Reformada, los Quakers, los Budistas y la Federación de Paganismo.