Gays en EU: Nos sentimos como indocumentados de segunda

Los miembros de la comunidad LGBT suelen estar en condiciones más vulnerables que el resto de los inmigrantes, asegura activista.

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El mexicano Jerssay Arredondo, que llegó a EU a los tres años, asegura que la comunidad LGBT debe ser tomada en cuenta en el debate migratorio en los Estados Unidos. (Notimex)
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Agencias
WASHINGTON, D.C.- La comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBT) demanda tener un lugar en la mesa del debate migratorio por considerar que su voz está callada y padece los mismos problemas que el resto de los indocumentados en Estados Unidos.

Para algunos promotores de esta causa, como el mexicano Jerssay Arredondo, en ocasiones los miembros de esta comunidad enfrentan situaciones que los colocan en una posición de mayor vulnerabilidad que el resto de la población indocumentada.

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“Nos sentimos como inmigrantes indocumentados de segunda clase, y queremos ser vistos también como parte de este problema”, dijo en entrevista con Notimex el nativo de la Ciudad de México de 22 años, quien a la edad de tres años fue traído por sus padres junto con una hermana, según relata Notimex.

Arredondo narró el caso de una mujer transexual, a quien identificó sólo como “Mary Chuy’, quien se encuentra aún en un centro de detención de la Patrulla Fronteriza en la comunidad de Eloy Arizona, localizada al sur de Phoenix.

Mary Chuy, pese a haber completado su cambio de sexo, fue colocada en la sección de los hombres, donde fue violada por su compañero de celda, en hechos que la Patrulla Fronteriza trató de mantener ocultos.

El caso es uno de los que Qeer Network (Red de Raros), la agrupación fundada por Arredondo este año, ha tomado como causa para poner de relieve la situación que enfrentan cientos de miles indocumentados que son parte de la comunidad LGBT.

'Salir de dos clósets'

Arredondo, quien días atrás viajó a esta capital para tomar parte en una protesta frente a la Casa Blanca, dijo que el hecho de que su voz no se escuche con fuerza en el actual debate migratorio hace que la situación de esta comunidad no sea entendida en toda su extensión.

Como muchos otros indocumentados homosexuales, “para mí ha sido mucho más difícil ser indocumentado y gay. Me tuve que esforzar mucho para salir de dos clósets. Primero fue salir del clóset como indocumentado y después como gay, y esa parte fue muy difícil”, resaltó.

“No hay mucho ruido sobre nosotros a pesar de que estamos aquí y muchas veces eso es porque no estamos en la mesa (de discusión) de la reforma migratoria”, explicó.

De acuerdo con un reporte del Instituto Williams de la Escuela de Leyes de la Universidad de California en Los Ángeles, dado a conocer el año pasado, existen al menos 267 mil inmigrantes indocumentados en Estados Unidos que se identifican como parte de la comunidad LGBT.

De estos, 71 por ciento es hispano y otro 15 por ciento asiático, y casi la mitad de esta población tiene menos de 30 años, según el estudio difundido en marzo de 2013.

Días atrás un colectivo de una treintena de agrupaciones de homosexuales y lesbianas envió una carta al presidente Barack Obama urgiéndolo a que adopte a la brevedad medidas administrativas de alivio a favor de los más de 11 millones de indocumentados que viven en el país.

Impacto psicológico

En el caso de los indocumentados LGBT, los grupos pidieron que además se ponga fin a la práctica de confinamiento solitario a que son sometidos homosexuales, lesbianas o transgénero en centros de detención.

Arredondo expresó que “el hoyo”, como son referidas estas celdas, tienen un serio impacto psicológico. “Nosotros sabemos de casos de compañeras como Mary Chuy, que han sufrido mucho cuando las han encerrado ahí, dizque para protegerlos”, aseveró.

Propuso que Obama ordene un incremento en el número de asilos a favor de inmigrantes de la comunidad LGBT que huyen de sus países por la persecución de que son objeto.

Sentencia a muerte

De acuerdo con la Alliance’s Rainbow Welcome Initiative (Alianza Arcoíris de Bienvenida), en 2010 cinco inmigrantes LGBT buscaron asilo en Estados Unidos, aunque el número podría ser mayor debido a que muchos refugiados no se declaran como parte de esta comunidad.

“Queremos que el presidente pare las deportaciones. Para muchos de nuestros compañeros deportarlos a sus países es como sentenciarlos a muerte”, alertó.

“Si bien es cierto que hay violencia en todas partes, la que enfrentamos en nuestros países es peor porque no existen las protecciones que tenemos aquí”, señaló.

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