Son latinoamericanos los más felices

La gente que reportó menos emociones positivas vive en Singapur, la ciudad-estado adinerada y ordenada que figura entre los países más desarrollados del mundo

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Siete de los 10 países con las actitudes más positivas en su población se encuentran en América Latina. (salud180.com)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- La gente más feliz del mundo no está en Qatar, la nación de mayor riqueza económica según varios criterios de evaluación. Tampoco reside en Japón, el país con la mayor esperanza de vida, ni en Canadá, que pese a ser líder mundial en el número de graduados de la educación superior no figura siquiera en los 10 primeros puestos cuando de felicidad se trata, según publica The Associated Press.

Una encuesta a casi 150 mil personas en todo el mundo reveló que siete de los 10 países con las actitudes más positivas en su población se encuentran en América Latina.

En Panamá y Paraguay, el 85% de los entrevistados respondieron afirmativamente a las cinco preguntas, con lo que esos países se ubicaron en los dos primeros lugares de la lista. Muy de cerca les siguen El Salvador, Venezuela, Trinidad y Tobago, Tailandia, Guatemala, Filipinas, Ecuador y Costa Rica.

Guatemala arriba de Irak

Muchas de esas siete naciones suelen estar muy mal evaluadas en los estudios sobre parámetros tradicionales de bienestar, como Guatemala, un país arrasado por décadas de guerra civil seguidas por una oleada de criminalidad y pandillerismo, la cual ha derivado en uno de los mayores índices de homicidios a nivel mundial.

Guatemala se ubica apenas arriba de Irak en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, que toma en cuenta datos de expectativa de vida, educación e ingreso per cápita. En contraste, es séptima en sentimientos felices.

"En Guate, la cultura es de personas amigables que siempre están sonriendo", dijo Luz Castillo, de 30 años, quien da lecciones de surfing. "Además, todos los chapines, a pesar de los problemas que enfrentamos, estamos rodeados de mucha belleza natural que nos permite escaparnos. Somos el país de la eterna primavera y ese clima influye mucho".

Algunos latinoamericanos dijeron que la encuesta abordó un tema fundamental en sus países, un hábito compartido por millones de personas que se enfocan en los aspectos positivos de la vida, como los amigos, la familia y la religión, pese a las dificultades cotidianas.

Los países menos felices

La gente que reportó menos emociones positivas vive en Singapur, la ciudad-estado adinerada y ordenada que figura entre los países más desarrollados del mundo. Otras naciones ricas se ubicaron también en lugares sorprendentemente bajos en la lista. Alemania y Francia empataron con el empobrecido estado africano de Somalilandia, en el 47mo puesto.

El reino de Bután, en el Himalaya, mide sus políticas por el impacto que tienen sobre un concepto denominado Felicidad Nacional Bruta.

En cuanto a los 10 países menos positivos, no fue raro encontrar a algunos ahí, como el caso de Irak, Yemen, Afganistán y Haití. Armenia ocupó el penúltimo peldaño.

"Sentirse infeliz es parte de la mentalidad nacional aquí", dijo Agaron Adibekian, sociólogo en Ereván, la capital de Armenia. "A los armenios les gusta el duelo, ha habido muchas tragedias en la historia de la nación. Los estadounidenses siguen sonriendo y evitan compartir sus problemas con otros. Y los armenios se avergüenzan de tener éxito".

Estados Unidos ocupó el 35to lugar.

Jon Clifton, socio de Gallup, reconoció que la encuesta midió en parte la tendencia cultural a expresar ciertas emociones positivas o negativas. Pero consideró que los escépticos no deberían menospreciar la expresión de las emociones positivas como un fenómeno importante en sí mismo.

"Esas expresiones son una realidad, y eso es exactamente lo que tratamos de cuantificar", dijo. "Creo que hay una emotividad más positiva en estos países".

Desarrollo contra felicidad

Singapur se ubica 32 lugares arriba de Panamá en el Índice de Desarrollo Humano, pero la situación se invierte en la encuesta de la felicidad. Y el panorama parecía desolador el miércoles para Richard Low, ejecutivo de 33 años en la próspera metrópolis asiática.

"Trabajamos como perros y nos pagan con maní. Apenas hay tiempo para las fiestas o para relajarse, porque siempre hay que pensar en lo que viene, en cuándo vence el siguiente plazo o cuándo es la siguiente reunión. No hay una percepción del equilibrio entre el trabajo y la vida aquí", lamentó.

En Paraguay, empatado prácticamente con Panamá como la nación más positiva, la vendedora callejera María Solís consideró que las adversidades económicas no deben atentar contra la felicidad.

"La vida es corta y no hay motivos para estar triste", comentó. "Porque aunque seamos ricos, los problemas siempre existirán". Debemos reírnos de nosotros mismos".

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