Yemen huele a paz... y a sangre

A pesar de que ONU anunció un acuerdo para poner fin al conflicto, los enfrentamientos obligaron las autoridades a decretar un toque de queda.

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Combatientes hutíes irrumpieron en la sede de la televisión oficial yemení en Saná, que fue bombardeada y parcialmente incendiada. (AP)
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Efe
SANA, Yemen.- El enviado especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para Yemen, Yamal Benomar, anunció hoy que se llegó a un acuerdo para poner fin al conflicto en el país, tras consultas con todas las fuerzas políticas, incluido el movimiento rebelde hutí "Ansar Alá".

En un comunicado difundido tras la reunión en Saná, Benomar explicó que se están llevando a cabo los preparativos para la firma de dicho acuerdo, que se basa en "los resultados del diálogo nacional" y pretende el cese de los combates entre el ejército y los hutíes.

El representante de la ONU subrayó que este pacto debe ser "un documento nacional que conduzca a un cambio pacífico" y que restaure la "seguridad y estabilidad" en Yemen, donde en los últimos tres días los enfrentamientos han sacudido la capital.

En la nota, leída ante la prensa, Benomar rechazó "el continuo derramamiento de sangre", e instó a las partes a trabajar de forma responsable para "cumplir con los resultados del diálogo nacional y construir un nuevo Estado".

Dicho diálogo nacional se desarrolló entre las distintas fuerzas políticas para alcanzar consensos durante la transición yemení, iniciada con la llegada al poder de Abdo Rabu Mansur Hadi en 2012, en sustitución de Ali Abdalá Saleh.

El conflicto con los hutíes, que comenzó en agosto, derivó en violentos enfrentamientos en la capital el pasado jueves.

Hace pocas horas, combatientes hutíes irrumpieron en la sede de la televisión oficial yemení en Saná, que fue bombardeada y parcialmente incendiada.

Toque de queda

Ante la escalada de la crisis, la Comisión Suprema de Seguridad impuso un toque de queda nocturno de nueve horas en cuatro barrios de la capital afectados por los combates.

Más de una decena de personas murieron hoy en los bombardeos y los combates, que causaron además el cierre de las universidades y escuelas y el desplazamiento de decenas de familias.

Los hutíes exigen la formación de un nuevo Gobierno, y la restauración de los subsidios a los combustibles, aunque para las autoridades estas demandas son solo una tapadera a sus intentos por obtener más poder.
El propio Hadi denunció ayer que la ofensiva de los últimos días demuestra que los hutíes quieren "derrocar al Estado".

Tras alzarse en armas en 2004, los insurgentes chiíes controlan desde 2010 la provincia septentrional de Saada y tratan desde hace meses de ampliar las zonas bajo su dominio.

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