Alarma a Francia 'invasión' de China

Gobierno galo ve con preocupación la entrada de Pekín en sus campos y viñedos.

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Los chinos han comprado viñedos de alta productividad dentro del territorio francés. (France.fr)
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Agencia
PARÍS, Francia.- De toda la inversión extranjera que llega a Francia, la de China supone menos del 3%. Es muy poco en comparación con la de Alemania o, incluso, España. Sin embargo, el Gobierno francés está preocupado. El dinero chino se centra últimamente en sectores que Pekín considera estratégicos, como la alimentación.

De acuerdo con información de El Mundo, el presidente Emmanuel Macron viajó a Pekín en enero y descubrió que las cosas estaban cambiando. Desde el endurecimiento de los controles sobre el capital que el Gobierno chino impuso en diciembre de 2016, las empresas de dicho país tienen mucho más complicado comprar sociedades extranjeras en sectores como el lujo, el sector inmobiliario, el turismo o el entretenimiento, pero a Pekín no le interesan esas cosas. Quiere que su enorme excedente de capital sirva para controlar infraestructuras, y, sobre todo, alimentación: lo que no protege Francia.

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En el Ministerio de Finanzas nunca preocupó que empresas chinas poseyeran unos 130 chateaux vinícolas en las zonas más selectas. Lo mismo con las compras de clubes de fútbol como el Auxerre o el Sochaux. Tampoco fueron mal vistas la compra del grupo hotelero Louvre o la adquisición del 10% de Air France-KLM por China Eastern Airlines.

El gobierno francés dispone de un equipo de inspectores de finanzas dedicado a vetar inversiones chinas en los tres sectores que considera de interés nacional: defensa, telecomunicaciones y salud. Se trata de un mecanismo creado por el ministro de Industria, Arnauld Montebourg, bajo el mandato de François Hollande.

Emmanuel Macron, alarmado en su viaje a Pekín por las dificultades que encuentran las inversiones francesas y por el alud de dinero chino sobre Francia, quiere reforzarlo en los próximos meses y ampliar el ámbito de protección. “Rechazamos muchísimas inversiones chinas”, dijo el ministro Bruno Le Maire el mes pasado, “porque queremos proyectos razonables y a largo plazo, no el pillaje”. El campo, sin embargo, está abierto al pillaje.

"Rechazamos inversiones chinas porque queremos proyectos razonables... no el pillaje".

Descapitalizada y deprimida, la agricultura francesa no está en condiciones de rechazar ninguna oferta. En otro tiempo, Francia protegía la producción de alimentos y por esa razón creó, entre 1960 y 1962, las Sociedades de Ordenación Mobiliaria y Establecimiento Rural.

Según la ley, cuando se hace una oferta por un terreno francés dedicado al cultivo, la Safer local tiene derecho a igualarla. Esta protección del campo funcionó hasta que los chinos encontraron en el sistema una falla muy simple: en lugar de presentar ofertas, crean con el propietario una sociedad conjunta de la que el inversor posee el 99%. Y ya está. La Safer queda fuera de juego.

Pekín lleva muchos años fomentando la compra de tierra en países africanos y latinoamericanos y dispone ya de propiedades masivas.

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