¿Gobernarán los mejores?
Enrique Peña Nieto presentará al nuevo gabinete, que entrará en funciones en el primer minuto del sábado 1 de diciembre.
El próximo viernes 30 de noviembre, a las cinco de la tarde, Enrique Peña Nieto presentará al nuevo gabinete, que entrará en funciones en el primer minuto del sábado 1 de diciembre en una inédita ceremonia en Palacio Nacional, apenas unas horas antes de que él cumpla con el acto legal y protocolario ante el Congreso de la Unión, en que será investido como Presidente de la República.
Ese día se despejarán incógnitas y se conocerá el verdadero carácter e intenciones de la nueva administración que encabezará Peña Nieto.
Es de elemental conocimiento de la política y el gobierno que los nombres de los integrantes del gabinete dicen mucho de las alianzas, intereses y filias del nuevo presidente.
Ya veremos en menos de una semana cuáles serán. A la fecha, hay nombres tan cantados como los de Luis Videgaray, Miguel Osorio Chong, Aurelio Nuño, David López, Gerardo Ruiz Esparza y Jesús Murillo Karam; están en veremos sus posiciones, pero son considerados nombres como los de Rosario Robles, Salomón Chertorivski, Carlos Rojas, Sebastián Lerdo de Tejada y José Antonio Meade. Todo el misterio se desvelará en cinco días.
Hasta ahí no se pueden poner muchos peros a la capacidad y solvencia política y profesional de lo que están enlistados como los hombres y mujeres del nuevo presidente. Sin duda, no se puede decir lo mismo del panismo, representado en los gabinetes de Felipe Calderón y Vicente Fox.
Ahí cabe la pregunta: ¿a poco solo los priistas cuentan con un abanico de profesionales de la política y el gobierno solventes y de alto nivel? Porque los gobiernos del PAN dejaron en esa materia mucho que desear y los perredistas, en su mayoría —por más que intenten—, no dan el perfil para ocupar y desempeñar los cargos de gobierno.
Y qué decir de la formalmente recién nacida Morena, que tiene como nuevo dirigente y máximo exponente a Martí Batres, un miniporro proveniente de la más retrógrada y cavernícola seudoizquierda universitaria, y como líder real y moral a Andrés Manuel López Obrador, un ex priista carismático e ignorante, a quien sus acciones y discurso definen como un fascista tropical.
¿De veras tras la elección de 2012 lo menos peor es el PRI y sus cuadros? ¿Cuándo la hoy de nuevo oposición de la derecha panista y las izquierdas podrán ejercer la autocrítica necesaria para recomponerse, formar y reclutar a los mejores hombres y mujeres de México? ¿Está en su agenda ofrecerle al país no solo discursos, sino a los personajes y personalidades más capaces y eficientes para hacer realidad la renovación de las instituciones? Porque solo así podrán en verdad traer bienestar y progreso a los mexicanos. No está fácil, pero es su obligación. Y también de los del PRI.