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Últimamente el uso del celular se ha convertido en una especie de pandemia a nivel mundial. Y con ello han surgido delitos que las leyes hace apenas algunos años ni sospechaban.

Trataremos a continuación los más extendidos:

Sextorsión: obtención de contenidos con connotación sexual de otra persona a través del engaño, amenazas, extorsiones, coacciones, etc.

Sexting: envío de materiales con connotación sexual a través de internet (imágenes, vídeos, mensajes, video llamadas…). Sexting es una palabra de reciente creación que sirve para nombrar un delito en aumento, dirigido mayormente hacia adolescentes, que consiste en chantajear a una persona bajo la amenaza de publicar o subir imágenes en las que la persona chantajeada se encuentra en una pose erótica y sexual, o manteniendo relaciones íntimas, que el extorsionador amenaza con dar a conocer a la gente o también subir a las redes sociales.

Para prevenirnos a nosotros y sobre todo a nuestros hijos recomendamos: Conversar con ellos para hacerlos conscientes de la importancia de proteger nuestra vida privada y los riesgos de no hacerlo; y Conocer su contraseña y revisar el celular periódicamente.

Sexting: es casi lo mismo que la sexorstión, con la diferencia de que las imágenes comprometedoras o pornográficas son enviados por terceros, casi siempre desconocidos, y que es indispensable borrar de inmediato, rechazar y bloquear ese número definitivamente, pues se trata de una trampa.

Nos será de mucha ayuda desarrollar la autoestima y las habilidades sociales a nuestros hijos: enseñarles a decir NO cuando algo no les parezca, sin temor al rechazo. Nunca castigar la comunicación, cuando nos confíen algo en que fallaron, escuchar con atención, sin regañarlo en ese preciso momento. Y, así, darnos tiempo a nosotros mismos para pensar fríamente las medidas a tomar.

Conocer las opciones de privacidad y seguridad: configurar correctamente los dispositivos y aplicaciones para evitar perder el control de la información que guardan; facilitar un ambiente de confianza para que el menor sea capaz de pedir ayuda y consejo cuando lo necesite, sin temor a ser regañado.

Aunque tanto la sextorsión como el sexting no están considerados aún como en ningún ordenamiento jurídico, sí puede ser considerado un delito por llevar implícitos componentes de extorsión, chantaje, amenazas, abusos sexuales, explotación sexual, daños al honor, revelación de secretos y otros actos que sí constituyen delitos penalmente sancionados.

Para evitar ser víctima de estos delitos, lo más recomendable es: 1). Sospechar sistemáticamente de cualquier contacto y las peticiones, en principio poco comprometedoras o perjudiciales, de desconocidos en redes sociales; 2). Realizar investigaciones en fuentes abiertas de las personas que traten de ganarse nuestra confianza a través de Internet; 3). No enviar ni guardar en tus dispositivos fotos ni vídeos de carácter sexual; 4). Utilizar contraseñas seguras; 5). No abrir archivos adjuntos de personas desconocidas; y 6). Apagar o cubrir las cámaras de los dispositivos cuando no estén siendo utilizadas.

Este artículo está dirigido, especialmente, a los padres que nunca sospechamos que algo así pudiera suceder, para así estar alerta a protegernos y a nuestros hijos también.

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