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El equinoccio en el Templo de las Siete Muñecas de Dzibilchaltún es un evento hoy conocido como resultado de las investigaciones realizadas por el pionero en la arqueoastronomía en México, el arqueólogo Víctor Segovia Pinto y el que estas líneas escribe.

Previamente a dar a conocer la primicia de los resultados de la investigación acudimos durante algunos años a presenciar los equinoccios y los solsticios con copias de planos con referencias y líneas a lápiz, producto de los trazos que reflejaban el movimiento aparente del sol, el cual seguíamos durante días, semanas y meses.

Nadie se imaginaba que el arqueólogo Segovia Pinto y su ayudante acudían en las madrugadas a presenciar amaneceres y en los atardeceres las puestas de sol para medir la trayectoria del sol y comprobar el paso del astro rey en el umbral principal del Templo de las Siete Muñecas.

El 21 de marzo de 1983 se dio a conocer el descubrimiento arqueoastronómico en el diario Novedades de Yucatán, con una amplia nota que daba cuenta del trabajo que antecedió al descubrimiento, acompañado de espléndidas imágenes que se difundían por primera vez.

Después del descubrimiento, cada equinoccio de primavera y de otoño era avistado por una multitud de visitantes que acudían a presenciar la salida del sol con la narración a cargo del arqueólogo Víctor Segovia con un fondo musical de “Así habló Zaratustra” de Richard Strauss.

Víctor escuchaba tanto música clásica como las cumbias de Chico Che, que era la preferida de los trabajadores. En las jornadas de labor era común escuchar música durante sus exploraciones, uno de sus macuarros, como les decía a sus ayudantes, era el encargado de llevar el repertorio musical y de tanto escuchar ya se sabía títulos y autores de la música clásica.

Este marzo se cumplen 38 años de haberse descubierto del evento arqueoastronómico en el Templo de las Siete Muñecas de Dzibilchaltún y en medio de la pandemia por segunda vez el equinoccio se va a difundir en las redes sociales con el propósito hacerlo accesible en cada hogar.

Con el fin de respetar las disposiciones para guardar la salud, se cerrará la zona arqueológica, pero se ha convocado a los medios a la zona arqueológica para grabar y difundir la aparición de los primeros rayos del sol al despuntar en el horizonte el día del equinoccio.

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