Enrique Mena/SIPSE

CHETUMAL, Q.Roo.- La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) no puede proceder contra los fraudes cibernéticos como clonación de tarjetas y saqueo de cuentas si el cuentahabiente no interpone su denuncia formal ante el organismo, afirmó el delegado en Quintana Roo, Rafael del Moral González.

 

Grupos criminales bien organizados han puesto “los ojos” en el sur de la entidad por la tranquilidad que impera, instalan equipos sofisticados en cajeros automáticos para el robo de NIP y podría dejarse venir una oleada de este tipo de delitos; las acciones represivas serán la cultura de denuncia y prevención.

 

La recomendación emitida por la Condusef es con la finalidad de evitar situaciones como la ocurrida a principios de diciembre de 2012 donde cientos de asalariados sufrieron alteraciones en sus cuentas bancarias a través de robos cibernéticos.

 

Del Moral González, explicó que 2012 resultó un año determinante para la capital de Quintana Roo, ya que los clonadores de “plásticos” fijaron la mirada en el sur y que derivó una alerta generalizada por el temor a que las cuentas fueran vaciadas en cualquier momento.

 

El Banco Mercantil del Norte (Banorte), en el 2012, sufrió casos de clonación de tarjetas y saqueo de cuentas. En el 2011 Santander y Banco de Comercio (Bancomer), y en 2010 el Banco Nacional de México (Banamex) sufrieron de esta misma situación.

 

Mientras que los cuentahabientes no inicien una denuncia formal y oficial ante la Condusef, ésta seguirá atada de manos, sin poder intervenir para la devolución de los recursos sustraídos de manera ilegal.

 

Pese a dichas situaciones, las instituciones bancarias han optado por la devolución del capital robado cibernéticamente a sus clientes, en la mayoría de los casos, originando un delito sin persecución legal por no haber una denuncia penal.

 

Los Números de Identificación Personal (NIP) son los que se clonan con artefactos de tecnología de punta, los delincuentes recogen esos datos, los decodifican e insertan la información en “plásticos” vírgenes, donde la cinta magnética alberga los datos y desde la tarjeta clonada retiran el efectivo en cualquiera de los 50 cajeros automáticos de la capital.