Actividad exótica frente a feroces mandíbulas

Este ejercicio cuenta con un manual de buenas prácticas, este se hizo en conjunto con especialistas, organizaciones y el Parque Marino de Puerto Morelos.

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Nadar junto a una de las especies más peligrosas del mundo marino se ha vuelto un atractivo turístico, al que recurren cada vez más visitantes en Playa del Carmen. (Cortesía Ramón Magaña)
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Luis Ballesteros/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Aunque suene descabellado, el buceo con tiburones toro es una práctica que cumple nueve años en Playa del Carmen, tiempo en el que no se ha registrado ningún ataque de estos fantásticos depredadores.

El tiburón toro es una especie considerada entre las más agresivas de los escualos, sin embargo, esto deja rasgos de mito para miles de buzos que han bajado a conocer la dinámica del depredador marino en las profundidades de las aguas quintanarroenses.

Este ejercicio cuenta con un manual de buenas prácticas, reforzado con instancias de gobierno: al ser una actividad que no estaba contemplada como alternativa turística o de interacción, se está regulando ante dependencias relacionadas como, Semarnat, Profepa y el Parque Marino de Arrecifes.

El caso de Luna

Luna es un tiburón hembra avistado en las costas de Playa del Carmen desde el año 2007, narra Ramón Magaña, uno de los buzos guía de la empresa Phamtom Divers; “le pusimos Luna porque tiene un corte genético en una aleta en forma de luna”, desde entonces no se volvió a ver nadando en el Caribe, por lo que Ramón y el equipo de buzos infirieron la pesca del tiburón hembra.

La sorpresa para Ramón durante una inmersión en el año 2013 fue encontrar nuevamente a Luna nadando en aguas caribeñas ya como un escualo adulto: la marca característica delató su identidad.

Quienes se dedican a esta actividad turística en Playa del Carmen relatan cómo cada temporada aparecen tiburones con anzuelos, con marcas de castigo provocadas por el hombre en su afán de extraerlos de los dominios de Poseidón.

Negocio rentable

Ramón dice que la inmersión con los tiburones como actividad turística es un negocio rentable por el que se cobran 160 dólares (unos dos mil pesos); además se preserva la especie y los animales marinos no sufren ningún tipo de maltrato, “sólo se les acercan testigos (turistas) a conocer su majestuosidad y convivencia”.

Todo un espectáculo

Aramis Abrami, buzo certificado, describe el comportamiento de los tiburones como un espectáculo de uno de los depredadores más amenazantes del mar, “los tiburones nadan en círculo esperando que el alimentador reparta los restos de pescado”, dice el buzo certificado como instructor.

Ramón y Aramis se refieren a estos animales como dotados de una gran inteligencia: “son ordenados, nadan de manera circular y cuando se les da la comida la reciben formados, no se amontonan, además, se acercan una vez que los buzos turistas están quietos y no representan ningún tipo de amenaza”, dice Aramis.

Reglamento certificado

Sobre el reglamento de manejo y buenas prácticas, Ramón Magaña señala que este se hizo en conjunto con especialistas, organizaciones y el Parque Marino de Puerto Morelos, identifica que las buenas prácticas consisten básicamente en tener un estudio del comportamiento del animal, y respetar protocolos  que no pongan en riesgo esta actividad, que ha ganado auge en la Riviera Maya.

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