Claudia Olavarría/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El domingo 21 del presente mes entra en vigor el acuerdo sobre Transporte Aéreo entre los gobiernos de Estados Unidos y México, mismo que proporcionará el incremento de vuelos, más oportunidades de elección de aerolínea, lo que permitirá una competencia que beneficiará el bolsillo de los usuarios.

El acuerdo fue firmado el 18 de diciembre 2015 y aprobado por la Cámara de Senadores en abril pasado; el decreto fue promulgado el viernes 18 de agosto en el Diario Oficial de la Federación (DOF). 

Conforme el decreto, el compromiso de ambos países es fomentar y facilitar un sistema aéreo de aviación internacional basado en la competencia en el mercado. Con esto las aerolíneas podrán ofrecer al usuario y al comercio de carga varias opciones de servicio con tarifas innovadoras y competitivas, de acuerdo con la demanda.

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De esa forma las aerolíneas de cada país tienen derecho de establecer oficinas en el exterior para la promoción y venta del transporte aéreo, y los clientes podrán comprar con la moneda del país respectivo;  además de que podrán encargarse de sus propios servicios de escala en el territorio contrario.

La aerolínea o líneas aéreas designadas por el gobierno mexicano tendrán el derecho de operar servicios aéreos mixtos en cada una de las rutas aéreas especificadas, en ambas direcciones, y a hacer escalas programadas en los Estados Unidos.

Por lo que, de un punto o puntos en México, vía un destino o destinos intermedios, a una u otras localidades en los Estados Unidos, y más allá; conforme sea mutuamente acordado por escrito por las autoridades aeronáuticas de las Partes, las líneas aéreas de ambos lados pueden celebrar arreglos de cooperación comercial con una o más aerolíneas ya sea de México y Estados Unidos, o de un tercer país, para proveer  servicios programados mixtos a puntos intermedios y a puntos detrás o más allá del territorio de cualquiera de los dos países que firman el acuerdo. 

El acuerdo señala que los derechos que puedan imponer las autoridades y organismos fiscales de ambas naciones para los usuarios “deberán ser justos y razonables”. 

Al efecto, cada país deberá conceder oportunidades justas e iguales a las líneas aéreas para la competencia en el suministro del transporte aéreo internacional, así como mejores tarifas por la oferta y la demanda del servicio.