Agencias
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- El pez león se ha vuelto una de la especies invasoras de nuestros mares, que incluye dos especies morfológicamente similares y difíciles de diferenciar: Pterois volitans y Pterois miles, originarias del oeste de Australia y del Mar Rojo, respectivamente, y catalogadas como los peces marinos no nativos más exitosos en establecerse en el Océano Atlántico, según informó el portal Cuba Hora.

De acuerdo con Pedro Chevalier, especialista del Acuario Nacional de Cuba, estos peces normalmente se encuentran en aguas cálidas de regiones tropicales y subtropicales, específicamente en manglares, pastos marinos, arrecifes, canales, cuevas marinas y pecios (pedazos o fragmentos de barcos o aviones que naufragaron).

Famoso por su forma, colorido y veneno

“Pueden alcanzar los 45 centímetros de largo y pesar más de un kilogramo. Gozan de popularidad internacionalmente entre los acuaristas, debido a su elaborada forma y colorido” comentó el experto.

Si una espina del pez león logra inyectar su veneno en alguna zona del cuerpo humano, la persona afectada puede sentir desde dolor intenso, inflamación, sangrado, hipotensión, ansiedad, confusión y convulsiones, hasta la pérdida brusca y transitoria de la memoria. Las heridas más comunes son en las manos y se han reportado daños severos al manipular ejemplares recién muertos, pues el veneno permanece activo hasta 40 minutos después. 

Esta especie constituye un problema en el mundo, pues afecta ecosistemas a nivel global y particularmente en las islas, donde las condiciones ambientales, geográficas y de funcionamiento de estos son muy específicas.

Afectaciones en el Caribe mexicano

Añádase, además, su impacto en el turismo recreativo, ya que en el Caribe se han dejado de utilizar sitios de buceo por el aumento de poblaciones de pez león, para evitar el riesgo de envenenamiento causado por sus espinas.

Las costas caribeñas quintanarroenses han sufrido la devastación en arrecifes ocasionada por el pez león, por lo que las autoridades de la entidad han implementado estrategias para controlar la invasión de la especie como festivales gastronómicos para fomentar en la gente la cultura del consumo de esta especie así como torneos de pesca con el fin de reducir su población, que ha crecido de forma alarmante en las costas de Quintana Roo y afecta actividades turísticas y laborales en sitios de Cancún y la Riviera Maya.