Rossy López/SIPSE
TULUM, Q. Roo.-  A decir del administrador de un pequeño hotel y empresario de bienes raíces, Juan Chío López, la destrucción de grandes áreas de mangle y zonas pantanosas a lo largo de siete kilómetros en la zona mejor conocida como Punta Piedra, ya es inocultable, toda vez que por las tardes los olores pestilentes por los manglares arrasados para el desarrollo acelerado de la industria turística, está dejando huellas cada vez más visibles e irreversibles en el medio ambiente.

Las huellas de los daños están a la vista de todos, ya que en la zona costera de este noveno municipio los pequeños desarrollos turísticos  están haciendo lo que quieren con los manglares, selva tropical y zonas pantanosas, sin que las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)  se den por enterados, comentó Juan Chío López.  

Por su parte, Roberto Martínez, ciudadano de la zona costera, señala que los daños a los mangles son irreversibles y actualmente se ha acrecentado al parecer por la complicidad de las autoridades locales de Desarrollo Urbano y Ecología.

También destacó que nadie está respetando la  Ley General de Vida Silvestre, artículo 60 TER, mismo que establece que queda prohibida la remoción, relleno, trasplante, poda, o cualquier obra o actividad que afecte la integralidad del flujo hidrológico del manglar para los proyectos turísticos.