Al gusto del opinador
Le tiran a donde más suponen que le puede calar al gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González.
Le tiran a donde más suponen que le puede calar al gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González: van contra su flanco financiero, Juan Vergara Fernández. Temas fiscales personales, empresariales privados, justo cuando viene una elección concurrente en la que el señalado es por cierto candidato, de pronto convierten a la lerda justicia mexicana en Speedy González. Muy poco creíble y bastante claro es que se trata de un ajuste de cuentas contra un gobierno que tuvo su origen en un enfrentamiento contra el PRI.
Las figuras delictivas por las que Vergara pasó algunas horas en la cárcel están totalmente fuera de la ley. El que esto escribe no sabe si la persona de referencia es buena o mala o si respeta la ley o no, pero sí tiene claro que la Procuraduría General de la República actuó por consigna contra Carlos Joaquín.
Van datos que recibimos por ahí: El delito de lavado de dinero que pretendió acreditar la PGR en contra de Juan Vergara consistió en forzar a la legalidad fiscal el dinero procedente de negocios delictivos o injustificables. Es decir, La PGR trató de sorprender al juez de distrito (aduciendo) que la actividad en la cual Juan Vergara incurrió la equiparó al de una persona u organización criminal, incursionando en un acto delictivo, que procesa las ganancias financieras, resultando de actividades ilegales, para tratar de darles la apariencia de recursos obtenidos de actividades ilícitas como son el robo, malversación de fondos, tráfico de drogas, tráfico de armas, prostitución, contrabando, etcétera. Delito que de ninguna manera encuadra en los supuestos del articulo 68 B del código fiscal de la federación.
Aquí pintan al colaborador de Carlos Joaquín como un criminal de la peor laya, cuando todos los que vivimos aquí sabemos que no es más que un próspero empresario, para su desgracia muy vinculado al poder.
Hay que probar, señores: atacar a mansalva y solo por oportunidad no ayuda a la justicia ni a nada. Bueno, pero no es opinión: lo dice la ley que tanto me critican por defender. Es así el punto. Eso no está al gusto del cliente o del opinador.
El sistema de justicia penal adversarial acusatorio que a algunos compañeros les pasó de noche y me critican por ser “amante de las leyes” tiene como base la defensa de los derechos humanos, y en el corazón del sistema mismo está la presunción primaria de inocencia. Eso como que se les olvidó. Ya mandaron a Vergara a la ídem sin el derecho básico de tener un juicio acorde a la legalidad,. No creo que se valga en ningún caso, y menos por las claras motivaciones políticas del presente.
Lo peor: gente que se apoyó en las gestiones del funcionario para hacer negocios –no decimos que ilícitos– hoy hace escarnio y busca navegar con los nuevos vientos de la política nacional, por cierto con muy mal tino. Esto no va a gustar, pero como no soy Britney Spears ni Miley Cyrus la verdad no me importa tanto.