Por trabas administrativas y burocráticas que nadie entiende, los nuevos organismos gubernamentales que nacieron como producto de la reingeniería administrativa realizada por el gobierno de Carlos Joaquín están en serios problemas para mantener su operatividad, ya que a casi dos meses de su entrada en funciones no cuentan ni con el presupuesto, ni con el personal para cumplir sus funciones.

Los titulares y/o encargados de dirigir estas nuevas dependencias están que trinan ante las mil y una trabas que han recibido de mandos medios de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) y de la Oficialía Mayor para no liberar los recursos que les corresponden, pese a que se supone que la división de estos organismos estuvo contemplada en el presupuesto estatal desde el principio de 2017.

Así las cosas, los nacientes institutos para la Cultura y las Artes, para el Desarrollo Indígena, y Juventud, están arañando la tierra por la desesperación de no contar con dinero para realizar sus actividades, aunque unos casos son más graves que otros.

Para empezar, al no contar con espacios efectivos para sus oficinas, buena parte del personal que les corresponde se mantiene laborando en oficinas de sus antiguas dependencias –SEQ, Sedeso y Cojudeq–, lo que por supuesto dificulta la organización, ya que por si fuera poco, estos empleados siguen cumpliendo funciones burocráticas para sus antiguos trabajos.

Pero lo verdaderamente grave, es que ante la falta de recursos y al hacerse efectiva la división de responsabilidades administrativas, buena parte de los trabajadores ha dejado de percibir el sagrado salario quincenal, y la desesperación empieza a subir la temperatura.

En el Instituto de Cultura (ICA), que es uno de los más afectados por este embrollo administrativo, corren día tras día rumores de despidos de personal, lo que tiene a los empleados viviendo en la incertidumbre y bastante descontentos.

Corren versiones incluso de que los trabajadores del ICA están organizándose para protestar por la situación de indefensión laboral en la que se encuentran y para evitar cualquier intento de despido, con toda razón.

El caos que priva en estas dependencias no puede dejarse crecer, ya que se trata de una apuesta del propio Carlos Joaquín González para hacer más eficente la maquinaria burocrática gubernamental, y es el principal interesado en que estos nuevos organismos funcionen con éxito, sobre todo con su Primer Informe de Gobierno a la vuelta de la esquina.

Es un foco rojo que debe ser atendido de inmediato por todas las autoridades involucradas, porque no se puede enviar al matadero a sus criaturas recién nacidas, cuando ya fueron presentadas con bombo y platillo ante la sociedad quintanarroense. ¡Aguas!