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TULUM, Q. Roo.-  En un rancho que se ubica aproximadamente a 17 kilómetros al sur de Tulum, se localiza el cenote 'Angelita', el cual oculta en sus profundidades uno de los escenarios más enigmáticos, apenas imaginado por el hombre.

Los visitantes deben de sumergirse unos 30 metros de profundidad, para poder observar una espesa nube de ácido sulfhídrico, de la que sobresale un montículo de material de colapso, de acuerdo con los investigadores del equipo 'Por el planeta', de grupo Televisa.

El agua salada posee una cantidad elevada de sulfuro de hidrógeno y una opacidad más evidente, destacando el agua dulce por encima de este, lo que permite a los buceadores nadar a lo largo de esta creación subacuática, con la misma apariencia que un río de la superficie. 

Los especialistas describieron el lugar como una isla formada de la nada, por sedimentos y troncos de árboles sin hojas que despuntan sobre la nube de gas, como si se tratara de ramas petrificadas.

¿Cuánto cuesta bucear?

Los administradores del lugar, mencionaron que abren sus puertas desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, todos los días de la semana, si los visitantes desean bucear deben de contar con el equipo necesario e ir acompañado de un guía, de manera obligatoria para poder realizar esta actividad, si  la persona es buzo profesional debe de llevar los papales que lo certifiquen, además de pagar la cantidad de 300 pesos por su estancia; para nadar en la superficie, el costo es de 150 pesos. 

Especie de inframundo

'Angelita' es un  cenote a cielo abierto, de aproximadamente 60 metros de diámetro, que baja en forma de campana hacia los lados, en su parte más profunda. En apariencia es una gran alberca. 

Hay imágenes difíciles de describir, que detienen el aliento y engañan la mirada;  pareciera una especie de inframundo.

"Esto hace de este lugar algo mágico y algo un poco tenebroso", puntualiza el instructor de buceo en cuevas Luis Leal.

Xibalbá y el Popol Vuh

 Será posible que los antiguos mayas lograran llegar a estas profundidades y ver estos paisajes, este descubrimienro podría ser el origen del mítico Xibalbá, el pasaje oscuro, subterráneo, al borde de los ríos encantados, por donde transitaban las almas de los muertos en busca de los dioses, del que hablaba el Popol Vuh.