Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El 50 % de la carne de cerdo que se consume en Chetumal es sacada de mataderos clandestinos que no cumplen con normas y ponen en riesgo la salud de la población que la consume.

Fidel Cabrera Olivera, director de salud en Othón P. Blanco, informó que de los aproximadamente 100 cerdos que se consumen por día en la capital del estado, la mitad no son sacrificados en el rastro municipal, por lo que no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-252-SSA1-2009, Prácticas de higiene para el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios.

Destacó que de los 50 cerdos que ingresan, todos los días, a la ciudad, para ser sacrificados de manera clandestina, el 15 % (siete), provienen de Corozal, Belice.

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“La dirección mantiene un operativo permanente en los más de dos mil giros, entre fijos, semifijos y ambulantes, para exhortarlos a que adquieran el producto con las personas que cumplen con las normas sanitarias para la distribución de la carne, les exigimos la factura de compra y así conocer el distribuidor del producto para efectuar la visita de revisión”.

Cabrera Olivera, indicó que han realizado 10 apercibimientos a establecimientos comerciales en colonias populares por venden carne de puerco de dudosa procedencia, sin presentar la certificación de la matanza, sin proceder a las clausuras y multas.

Señaló que se está en constante supervisión para inspeccionar que la carne que expiden fue verificada por los inspectores sanitarios y es apta para el consumo humano; en caso de reincidencia, los culpables se pueden hacer acreedores de la clausura del establecimiento y entre 100 a 500 Unidades de Medida y Actualización (UMA), aproximadamente, de siete mil 549 pesos a 37 mil 745 pesos de multa.

El funcionario municipal, comentó que en general se verifica la venta salubre de carnes en general, cerdo, res y pollo. En la capital, al día se consume entre nueva a 11 reses y 18 mil pollos.

El sacrificio de los cerdos, lo realiza el Ayuntamiento, en el rastro municipal; el ganado se sacrifica en el rastro TIF “La Alianza” y las aves, en seis casas de matanza registradas ante la comuna.