Ser socio de Uber lo mantiene en pie; tiene cáncer terminal

A Luis le diagnosticaron uno de los cánceres más agresivos que hay, pero a pesar de eso es chofer de Uber.

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Luis trabaja en Uber para poder sobrellevar el cáncer terminal que padece. (Contexto)
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María José Castillo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Luis ofrece servicio de transporte en un automóvil que no es suyo; lo hace para ganarse la vida y como una terapia ocupacional que le permita sobrellevar el cáncer terminal que padece.

“Yo tengo 53 años, trabajo por necesidad, solo puedo trabajar cuatro horas al día y solamente puedo trabajar en las mañanas, o sea, despertando; ¿la razón? nadie le da trabajo a una persona de mi edad; padezco de cáncer de próstata fase cuatro, y es terminal”, relató el socio de Uber en entrevista con Novedades Quintana Roo.

La de él es una de las decenas de historias de choferes que encontraron en esta empresa de servicio de transporte privado una forma de obtener ingresos.

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La vida le cambió al enterarse de que tenía cáncer de próstata, pues la variedad que padece es una de las más raras.

"Nadie le da trabajo a una persona de mi edad; padezco de cáncer de próstata fase cuatro, y es terminal”

En febrero de 2014 él se había hecho la prueba del antígeno prostático y en diciembre de ese mismo año le dijeron que tenía cáncer y que le había avanzado a la columna.

“Me explicaron que mi cáncer es de los más agresivos; la próstata se divide en seis partes; tú tienes dañado cuatro de las seis, pedí que me operen, pero me dijeron que no se podía porque se podía expandir”, compartió.

Esa noticia lo obligó a renunciar a la empresa en la que se desempeñaba como agente de ventas desde hacía 18 años; sin embargo la compañía lo apoyó y le pagó todas las prestaciones conforme a la ley.

Con ese dinero, con el que obtuvo tras vender su camioneta y con un seguro médico que él mismo se paga, ha logrado solventar el costo de los tratamientos que requiere; pues solo en un medicamento gasta 50 mil pesos al mes.

Sin embargo la enfermedad y la falta de ocupación, lo hundió en una profunda depresión al grado de no querer salir a la calle y dedicarse únicamente a las labores domésticas.

¿Cómo llegó a Uber?

“Yo conocí Uber en Nuevo León, cuando fui a la graduación de mi hija que estudió nutrición allá; pensaba: ojalá entre Uber acá y cuando llegó yo ya no podía manejar porque ya no tenía carro”, dijo.

Además de la falta de vehículo, Luis ya tenía cáncer, sin embargo, su familia decidió dejarlo trabajar con el automóvil de uno de sus hijos y le pidieron autorización al médico para que pudiera laborar. 

El galeno aceptó, pero con la condición de que solo fuera por las mañanas y durante cuatro horas al día, y eso es lo que mantiene a Luis con nuevas fuerzas para enfrentar la enfermedad terminal que poco a poco invade su cuerpo.

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