“Sing”, Sí está para cantar

La premisa es simple y predecible, pero la película es realmente disfrutable

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La cinta es muy disfrutable y deja un buen sabor de boca, vale la pena verla compartirla con la familia. (Redacción/ SIPSE)
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Por Rafael R. Deustúa

Esta es de las pocas épocas del año en que se puede ir al cine con la familia completa, pero a veces es difícil encontrar una película que todos en la familia disfruten. “Sing, ven y canta” busca explotar el éxito de los programas televisivos de canción que últimamente cautivaron a la audiencia y lo hace de forma descarada, optimista y muy divertida como para que cualquiera se divierta.

El empresario teatral Buster Moon se niega a aceptar que su teatro está en quiebra por lo que recurre a un desesperado y patético esfuerzo para sobrevivir, realizar un concurso de canto, también destinado al fracaso de no ser por el error tipográfico de su fiel secretaria, quién anuncia un premio de cien mil dólares. Moon no puede pagarlo, pero tampoco quiere negarse al éxito que ahora vive.

En el corazón el libreto de “Sing” tenemos los sueños y su fuerza, los sueños de cambiar la realidad que vivamos por medio de la imaginación, alcanzando esas metas que sólo estaban en nuestra mente. La historia la escribió el realizador Garth Jennings, con una idea del productor Chris Melelandri, quién recurrió a él para que concibiera una película animada de un concurso de canto dandole como base la foto de cuatro koalas.

Jennings, director de filmes actuados, se apoyó para co-dirigir en Christopher Lourdelet, quién trabajó en “Minions” y “Mi villano favorito 2”, entre los dos lograron un balance interesante que diferencia a “Sing” de otros filmes del estudio Illumination, en parte que dentro de la fantasía que suele manejarse, ésta no es tan exagerada.

Sin embargo tienen algunos errores, quizá producto de la edición final -algo extraño en largometrajes animados-, como el nunca explicar al mejor amigo de Moon, una oveja nini, que parece incrustada en el libreto. Si en todas las animaciones se hacen concesiones a la fantasía, ésta pide un poco más.

Visualmente el filme es magnífico, con la bien conocida calidad de la serie “Mi villano favorito”, pero destaca más el manejo de la música, esencia de la película y es ahí donde el talento de doblaje realmente brilla -en actuación de voz sólo se defienden, pues en su mayoría son cantantes: Benny Ibarra, Hanna y Ashley Pérez -Ha*Ash-, Roger González, María Eugenia Suárez -La China- y Leonardo Sbaraglia, quién es el único sin experiencia profesional de cantante.

La cinta es muy disfrutable y deja un buen sabor de boca, vale la pena verla compartirla con la familia.

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