Cochinero panista en Chetumal

La ropa pestilente del PAN empezó a salir a flote en la capital del estado apenas unos días después de que...

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La ropa pestilente del PAN empezó a salir a flote en la capital del estado apenas unos días después de que se realizara la renovación de la dirigencia municipal, la cual a decir del candidato derrotado, Ángel Álvarez Cervera, no tuvo nada de ejemplar y desató una verdadera guerra de lodo al interior del partido blanquiazul que en sus procesos internos sigue al pie de la letra el manual del marrullero PRI.

En la capital compitieron por la presidencia del partido los regidores panistas, Ángel Álvarez Cervera y Germán González Pavón, en una elección muy competida donde González Pavón se impuso con una diferencia de solo 35 votos.

En su primera reacción, Álvarez Cervera aceptó dócilmente la derrota y hasta declaró que la diferencia mínima de votación en la contienda fue una muestra de que la militancia está despertando, pero con el paso de los días su postura cambió y pasó a la ofensiva, impugnando la elección del Comité Municipal por las “marranadas” de su rival, que según su versión fue apoyado por los diputados locales Fernando Zelaya Espinoza y Mayuli Martínez Simón, y por el dirigente estatal Juan Carlos Pallares Bueno.

Ángel Álvarez y su equipo de simpatizantes denunciaron irregularidades que van desde la entrega de despensas a militantes, hasta la coacción y compra de votos para lograr que se impusiera el candidato del grupo que domina al partido en el estado.

La impugnación provocó que operadores de uno y otro bando dejaran la prudencia de lado y se agarraran del chongo en las redes sociales, donde exhibieron ante todo mundo que en el PAN también se cuecen habas cuando se trata de corrupción y grillas internas.

Miguel Cano Briceño, integrante de la Comisión Permanente del Consejo Estatal del PAN y quien fue uno de los principales operadores de Álvarez Cervera, se dio un agarrón en redes con Edwin Palma Aguilar, del equipo de Juan Carlos Pallares; el choque mostró la pobreza democrática del blanquiazul.

“Ten tantita dignidad, no por los pesos que te esté pagando tú jefe, trates de defender la porquería como compiten. Despensas y apoyos del congreso, amenazas de despido injustificado, coacción del voto en todo el proceso, llantas ponchadas, casas encadenadas, persecución, obvio y público apoyo de servidores públicos emanados del PAN, ¿a que jugaban?”, le escribió Miguel Cano a Palma Aguilar.

El pleito de lavadero exhibió el cochinero de las elecciones internas panistas, y de paso desmoronó el mito de la “unidad” que tanto presume el dirigente Juan Carlos Pallares Bueno.

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