Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Rentar un local en el mercado Diana Laura Riojas ya no es negocio. La baja asistencia de la comunidad en este recinto comercial no genera las ganancias suficientes para hacer rentable la vendimia, por lo que en los últimos dos meses han bajado ocho cortinas.

“En enero comenzaron a cerrar, luego de la Navidad la gente vio que esto no genera lo suficiente y dejaron de rentar. Los que estamos abiertos desde hace tiempo somos los propietarios que sí necesitamos este lugar para poder trabajar, porque todos los que están cerrados es de la gente que no quiere y no necesita”, dijo Hermelinda Salazar Pacheco, vocera de un sector de los vendedores.

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El lugar, que cumple ocho años de creado, tiene 242 locales, pero nunca estuvieron abiertos todos. Salazar Pacheco recuerda que en 2010 y 2011 había cerca de 140 que estaban en operación, pero paulatinamente fueron cerrando porque no había compradores.

Abel Ruiz, quien vende vegetales, lamentó que las autoridades a lo largo de todos estos años no hayan tomado en serio este proyecto, pues la aprobación de comercios alrededor del mercado que se han dado fue otro elemento que ha diezmado la capacidad de atracción de clientes.

Locales que nunca abrieron

Entre los dueños de las concesiones figuran ex funcionarios municipales, que aprovecharon su puesto de aquel entonces y se ‘hicieron’ de un local sin que lo hayan puesto a funcionar.

“El problema no es que tengan una concesión, está bien, les dieron una concesión, tienen el local pero no lo ponen a trabajar. Aunque no lo necesiten que los den a alguien sin renta para que arranquen, porque si tenemos más oferta también la gente se va a interesar más en venir”, opinó Salazar Pacheco.

Entre los locales que están abiertos hay algunos que son rentados, por lo que podrían darse más cierres, previó la lideresa.

El mercado tiene la planta alta convertida en un elefante blanco, debido a que algunos de los que tenían negocio arriba acordaron con la administración pasada pasar a la parte de abajo para que estuvieran todos juntos, y arriba no quedó ni un negocio abierto.