"Dejé la escuela y me metí de albañil; empecé a fumar churros"

Confirman la comercialización de marihuana en cuatro planteles de secundaria de la capital del estado.

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El Programa de Prevención del Delito no pudo ingresar a las secundarias capitalinas durante 2013. (Harold Alcocer/SIPSE)
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Jorge Carrillo/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La comercialización de marihuana entre estudiantes de nivel secundaria ha sido detectada en al menos cuatro planteles de la capital, a los cuales la Policía Municipal Preventiva (PMP) intentó ingresar el año pasado para realizar acciones de prevención del delito, pero no tuvo éxito, debido a presiones de directivos y algunos padres de familia, reconoció el director de la corporación, Gumersindo Jiménez Cuervo.

“Nosotros tenemos detectada una problemática en las escuelas de este nivel, de ahí que a través del Programa de Prevención del Delito del año 2013 quisimos penetrar a las secundarias y no pudimos hacerlo”, precisó.

Lo anterior, luego de las reveladoras cifras dadas a conocer esta semana por parte del director del Centro de Atención Primaria en Adicciones de la Secretaría Estatal de Salud (Sesa), Alfredo Dzib Cervantes, quien afirmó que el sector atiende a preadolescentes de 12 años por dependencia a los enervantes, principalmente por consumo de marihuana que consiguen de manera muy sencilla en los propios planteles educativos.

El joven G.G.M. ahora tiene 17 años, pero recuerda claramente cómo se inició en las drogas luego de salir de la primaria, de perder un año escolar antes de entrar a la secundaria por problemas familiares y la desintegración de su familia, luego de que su padre fue acusado por el delito de violación en contra de una persona desconocida. 

“Los cuates de la colonia iban como yo a la misma secundaria. Pero faltábamos mucho porque mejor nos íbamos a jugar futbol al campo cercano a la escuela. Conseguíamos cerveza, cigarros y no me di cuenta cuándo ya no solo le entrábamos a eso, sino también a la marihuana”, comentó.

Detalló, “fui creciendo, me salí de la escuela y me fui a trabajar de chalán de albañil. Para aguantar la jornada, entre los compañeros nos fumábamos uno que otro churro. Eso me llevó a robar y a agredir a otros vándalos, sobre todo a los de la Payo (Colonia Payo Obispo). Hoy conservo el vicio de la cerveza, pero me ayudaron a terminar con la droga, eso fue cuando caí en la federal, pero me soltaron por ser menor de edad”.

La historia de G.G.M. es común entre jóvenes de algunas secundarias de esta capital, en las que comprar droga es casi habitual.

Jiménez Cuervo anunció que este año el Programa de Prevención al Delito se retomará y se llevará a los colegios de Bachilleres junto con especialistas del Centro de Integración Juvenil (CIJ); "lo que se busca es coadyuvar en la atención del problema, tarea a la que se deben sumar maestros, pero sobre todo, los padres de familia", finalizó.

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