Redacción
CANCÚN, Q. Roo.- El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Vieja Escuela de los Zetas, son los dos grupos criminales que actualmente se pelean el control de la distribución de droga en la zona norponiente de la ciudad. Parte de esta guerra fue el intento de ejecución de una mujer el pasado martes en la Región 201 y los homicidios de dos jóvenes en un departamento del fraccionamiento Puertas del Mar, ayer pasada la medianoche.

En el último hecho de violencia, la Fiscalía General del Estado (FGE) inició la averiguación previa carpeta de investigación 94/2017 por el delito de homicidio en agravio de A.F.V.R. y E.A.V.R. y en contra de quienes resulten responsables.

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La institución contabilizó 34 casos de ejecución en lo que va del año, con los dos últimos de ayer en la madrugada, donde las autoridades tienen la línea de investigación de un ajuste de cuentas de grupos delictivos.

La información que manejan las autoridades ministeriales es que los ejecutaron por vender en zona prohibida, los tenían clasificados en el crimen organizado como “chapulines” y no querían alinearse con alguno de los grupos.

Los cuerpos de ambos ya fueron entregados a sus familiares en el transcurso de ayer, también los parientes ya rindieron su declaración ante el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC).

Ambos fueron hallados sin vida en el departamento 303, del edificio D, manzana 83, de la Región 251, en el fraccionamiento Paseos del Mar.

El reporte del hallazgo fue a las 00:32 horas, los jóvenes se encontraban amarrados de las manos, fueron degollados, uno estaba boca arriba y el otro, boca abajo.

Una mujer, que se identificó con las siglas D.L.N.B., de 30 años, fue quien identificó a A.F.V.R, de 24 años, quien dijo que era su novio, lo vio por última vez a las 15 horas del pasado miércoles.

A las 20:37 horas de ese día, fue la última vez que tuvo comunicación con él, fue hasta las 21 horas cuando acudió al domicilio, donde iba a estar su novio y vio que la puerta estaba abierta, cuando entró vio a los dos tirados en el piso sin vida y en un charco de sangre.