Juan Carlos Gómez/SIPSE

BACALAR, Q.Roo.- Hace dos años fueron construidos tres paraderos turísticos a la orilla de la Laguna de los Siete Colores, pero hoy están en el olvido. Basura y hierba inunda la visión de los visitantes, el agua estancada y la inaccesibilidad al cuerpo de agua empeoran el estado del proyecto, en el cual se invirtieron dos millones de pesos.

 

Bolsas de frituras aquí y allá, luminarias rotas o fundidas y el olor a agua estancada es lo que abunda en cada uno de los paraderos turísticos construidos con apoyo tanto estatal como federal.

 

Mediante la Secretaría de Turismo de Quintana Roo se gestionó el recurso gracias a la bolsa de "Pueblos Mágicos", según explica Jorge Alberto Toox Chan, entonces alcalde de Bacalar.

 

Los espacios están ubicados a la orilla de la laguna y tienen una separación entre sí de 50 a 100 metros. Los paraderos están formados por una estructura de madera elevada del suelo, iluminación y algunas bancas, botes de basura y senderos. La inversión era prometedora, un espacio que supliera los carentes accesos públicos a la laguna, que por ley federal deberían establecerse.

 

Ahora las luminarias no funcionan, el pasto que rodea los senderos está cubierto por basura, los botes no son utilizados, además de que no hay bolsas

para transportar los desperdicios, los senderos están cubiertos de hojarasca y las bancas están rayadas y viejas.

 

La inversión de dos millones de pesos poco a poco se está perdiendo por la falta de mantenimiento y vigilancia. Los vándalos han destruido parte de las

instalaciones, y aún así no hay vigilancia nocturna o rondines policíacos constantes. Los Servicios Públicos no hacen limpieza ni recogen la basura.

 

A decir de Toox Chan, aunque el proyecto se concluyó, se tenían planeadas otras etapas que contemplaban que cada espacio tuviera un muelle que hiciera accesible la laguna a los visitantes para que pudieran nadar, pero "terminó mi periodo y no supe en que acabó la cosa".

 

El único espacio medianamente aceptable es el tercer parador turístico, a un lado del balneario municipal, pero es porque los lancheros independientes instalados en la zona tienen la consigna de mantenerlo limpio.

 

Pocas personas llegan a los paraderos, cuando mucho una pareja o dos a lo largo del día, por las noches la historia es distinta, la oscuridad del lugar permite a delincuentes refugiarse para "fumar cosas y ponerse borrachos, además de que algunos jóvenes tienen relaciones sexuales ahí", comentó un elemento de la Dirección de Seguridad Pública, quien confirmó que no existe ninguna guardia policial en dichos puntos.

 

(Edición: Elvira Espinosa)