Hay quienes más que desvelados y con la resaca deciden enfilar a disfrutar de las aguas del Mar Caribe, por lo que no la piensan donde veces para darse un chapuzón, realizar actividades acuáticas o simplemente descansar tendidos sobre la blanca arena.

 

Ese es el caso de la familia Manríquez, quienes pasan el medio día del 25 de diciembre en la playa dando rienda suelta al disfrute del día de asueto, suelen visitar por la tarde una plaza comercial para aprovechar las ofertas.

 

Sin embargo para la familia Rincón, el 25 de diciembre es una extensión del festejo de la Noche Buena, porque visitan la casa paterna, ahí la “pachanga” continúa, pues quienes no pudieron estar el 24, dan rienda suelta a sus emociones con los hermanos, primos y sobrinos.

 

Hay quienes como la familia Jaimes, se reúnen en el jardín para abrir los regalos, disfrutar de la compañía de los amigos que estuvieron ausentes en la Noche Buena y volver a brindar por los buenos deseos.

 

Pero para la familia Estrada, lo mero bueno del 25, es el recalentado, ya que una vez que abrieron regalos, disfrutaron un rato de la playa, “recalan” a la casa de la abuela en la supermanzana 32, en donde los esperan los romeritos, la mitad del pavo, la ensalada de manzana y la pierna horneada al dulce. Estos manjares son el deleite de todos los comensales.

 

Así, pues la tradición del recalentado es toda una tradición que vuelve a unir a las familias, independientemente de lo que se haga o planeé para el 25 de diciembre para extender el festejo de la navidad.