Esperan pequeños cancunenses un regalo en Navidad

En la colonia irregular Valle Verde están ilusionados con la llegada de Santa Claus.

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Lucero y Ashanti no pierden la ilusión y la esperanza que esta vez llegue algo muy especial a sus manos. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Abigail Becerra/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Una bicicleta para mi, una cocinita y trastecitos para mi hermanita y un carro para cada uno de mis dos hermanitos”, es lo único que desea recibir en esta Navidad, Lucero Kauil Quiroga, de 10 años.
 
En Valle Verde, uno de tantos asentamientos irregulares en los alrededores de Cancún, la ciudad turística mexicana más reconocida a nivel internacional, caminaba entre casas de palo y sobre la única calle pavimentada de la colonia esta pequeña de baja estatura y con mirada tierna.
 
Después de la salida de clases caminaba bajo el fuerte sol con mochila en hombros y tomada de la mano llevaba a su hermanita de seis años, prestas para llegar a su casa y ayudar con las labores domésticas.
 
Como todas las niñas de su edad, consideran diciembre como el mes de los regalos, pero esta percepción la adoptaron no de su ambiente familiar, ya que muchas veces no hay para cubrir las necesidades más básicas, menos para comprar un árbol o luces que den un toque navideño, sino de los programas de televisión donde todos los niños son colmados de cosas bonitas un día después de noche buena.
 
Estas dos pequeñas quienes tal vez no reciban, como en otras tantas navidades los juguetes deseados, pero no pierden la ilusión y la esperanza que esta vez llegue algo muy especial a sus manos.
 
Desde hace más de una semana ambas han hecho su carta “secreta” y a su vez le han ayudado a los más pequeños, Carlos y Ramón de dos y cinco años, hacer la suyas escondiéndolas en un lugar seguro, pero a la vista de “Santa”, para que no olvide otra vez dejar los regalos como otras veces, según les dijeron sus padres.
 
Aunque ellas consideran durante todo el año se portaron bien, ayudaron en casa con el aseo y en ocasiones a recolectar plástico, cartón y latas de aluminio de la basura para ayudar a sus padres, comprenden que la pobreza en la que viven es un factor que impide, aunque no saben muy bien como, para recibir sus juguetes.
 
“Casi no tenemos juguetes porque mis papás nos dijeron que Santa no alcanza a llegar con mis regalos porque tuvo que dejarlos con otros niños más pobres que nosotros”, dijo Ashanti.
 
Esta pequeñita, quien cursa el primer grado de primaria, tiene una visión distinta a la descrita por sus padres, ella cree que la realidad por la que no reciben regalos en Navidad es porque sus papás no tienen árbol de navidad, porque no tienen cena y porque los caminos de piedra de la calle que habitan, le impiden que Santa pueda llegar con su trineo.
 
Tanto Ashanti como Lucero pueden ser unas de tantos niños beneficiados con la contribución de la población a través de la campaña de Grupo Sipse 24X24 que busca no sólo hacer sonreír a los pequeños sino conservarles la ilusión y la magia de la Navidad.

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