Stephani Blanco/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Las huellas de un animal que caminó en lo que en su tiempo fue una zona de lodo y restos de primigenios elefantes, entre otros animales, son evidencia de que en Quintana Roo hubo vida durante la Era de Hielo, hace más de 10 mil años.

En agosto de 2014, a 55 metros de profundidad en el cenote “Zapote”, ubicado en la Ruta de los Cenotes de Puerto Morelos, una expedición del buzo Vicente Fito encontró restos paleontológicos de lo que en ese momento se consideró simplemente como un mamífero antiguo, sin embargo, este animal cambió la historia de Quintana Roo.

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La estructura ósea encontrada se trata de un perezoso único en su especie, que data de la Era de Hielo, detalló Jerónimo Avilés Olguín Segovia, del Instituto de la Prehistoria de América (IPA). El cráneo, mandíbula, colmillos y muelas y otros huesos, están en su estudio de laboratorio, en el que participan el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Museo del Desierto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el IPA.

“El proceso de estudio es tardado, ya que una vez que salen los huesos del agua, se tardan dos años para tenerlos secos y en la mano; aunque en al  menos un mes estarán listos y se darán a conocer”, mencionó el arqueólogo.

Su descubrimiento representa una punta de lanza para una exploración de los cenotes que se ubican en la ruta, especialmente por ser el primer hallazgo en cuanto a mamíferos del pleistoceno en Quintana Roo, explicó.

Espeleotemas del cenote

En el cenote “Zapote” se pueden observar espeleotemas “formaciones de cavidades”, en forma de campana que se ubican a 43 metros de profundidad.

En días pasados lograron sacar una formación de más de ocho metros que se encontraban a 35 metros de profundidad con la finalidad de ser estudiadas.

“Los estudios tardarán más de seis meses, pero están haciendo las investigaciones que nos ayuden a describirlo y más adelante queremos poner un museo dentro del lugar, con la finalidad de que los visitantes conozcan un poco de historia que se esconde un lugar ancestral”, mencionó Fátima González Alcocer, dueñas del Cenote Zapote.

Aún se desconoce el nombre y hace cuánto tiempo nacieron pero de lo que están seguros es que son únicos en su tipo, por las dimensiones que manejan.