Turistas viven “calvario”en la Subprocuraduría de Cancún

Ante la falta de traductores, personal de la zona hotelera tiene que trasladarse al centro para poder atender los "llamados de auxilio" de los extranjeros.

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“William”, de origen canadiense, no lograba hacerse entender por el personal de la Subprocuraduría, que no habla inglés. (Juan Estrada/SIPSE)
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Juan Estrada/SIPSE

CANCÚN, Q. Roo.- En la Subprocuraduría General de Justicia del Estado, que se ubica sobre la avenida Xcaret, se carece de personal que hable aunque sea un poco el idioma inglés, por lo que algunos extranjeros que llegan al lugar en busca de ayuda o para interponer alguna denuncia, no logran su cometido, y los empleados tampoco saben cómo ayudarles.

 
La tarde de ayer, un joven procedente de Canadá arribó a la Subprocuraduría para saber quién lo podía ayudar, pues comentó que realizó un pago en Cancún vía web por medio de “Paypal”, que es una forma de hacer pagos y depósitos vía web. William, como dijo llamarse el canadiense, arribó a Playa del Carmen el 19 de diciembre del año pasado, y ayer llegó a Cancún para realizar el pago de una renta por 445 dólares, pero denunció que fue víctima de estafa
 
En las instalaciones, el extranjero trataba de comunicarse con el poco español que sabía, pero su expresión y la de los presentes en las mesas de atención, denotaba que no se entendían.
 
El extranjero narró lo que le ocurría, logró hacerse entender un poco por el personal, quien al no poder ayudarle del todo, solicitó por radio ayuda a las instalaciones judiciales en la zona hotelera, para que les enviarana una traductora al “dowtown”, como le llaman a la oficina en la ciudad. 
 
Antes que arribara la traductora, llegó a las instalaciones otro extranjero: un joven australiano que pedía ayuda diciendo que había tomado un taxi cerca de la discoteca The City, en la zona hotelera, y que al llegar al centro de la ciudad, se percató que su teléfono celular y algunas pertenencias las había dejado en el vehículo, por lo que se presentó en la Subprocuraduría.
 
Esperó menos de 30 minutos junto con el canadiense, para que las autoridades pudieran orientarlos por medio de la traductora.

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