Expone la evolución de los teléfonos celulares

Tomás Prieto Ponce cuenta con más de dos mil móviles que colecciona desde 1990.

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El objetivo de la colección es dejar huella de los “pasos” de la comunicación. (Sergio Orozco/SIPSE)
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Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Para algunos tal vez no sea posible ni siquiera recordar el primer modelo de teléfono celular que tuvieron; para Tomás Prieto Ponce, el objetivo de su manía por conservar móviles antiguos, es dejar huella de los “pasos” de la comunicación.

El boom de los celulares 

La evolución en la tecnología de los celulares es sumamente precoz, por lo que las necesidades cada vez más exigentes de los usuarios permiten que se genere un nuevo modelo de equipo en menos de seis meses, este es el motor de Prieto Ponce para conservar equipos desde 1990, fecha que denominó como el “boom de la telefonía celular”.

Un valor sentimental 

En los alrededores del Mercado 23 hay un local sencillo en el que se repara desde un modelo iPhone en su última edición, hasta un Nokia 6160, aunque en ocasiones ya no es posible rehabilitar estos últimos, no por la falta de capacidad, sino por la ausencia de piezas.

El empeño de Tomás por continuar con la restauración de celulares que, para algunas personas son casi obsoletos, es que hay quienes le agregan un valor sentimental al artefacto y lo convierten en parte de sus pertenencias.

“Pero también hay otros que no cambian de teléfono, porque simplemente no se adaptan a la tecnología “touch” y al sistema Android; sólo les basta con llamar y contestar, no quieren más”, describe el técnico en telefonía, quien aprecia la infinidad de sentimientos que le atribuye la gente a un pequeño aparato que se encarga de “acortar distancias” y mucho más en una ciudad como Cancún, en donde la mayoría de sus habitantes tienen familia en otros Estados o países.

Un museo de antigüedad 

Pero la extravagancia de tener un mini museo en aquel local no se queda sólo en eso, sino que en un futuro, el cual prevé sea cercano, el joven pretende abrir un café y las joyas de exhibición serán más de dos mil teléfonos que por ahora posee.

La finalidad del proyecto es contribuir a la comunicación de persona a persona, “apuesto que si dos amigos no están en buenos términos, al pasar por el café y ver los equipos, entonces tendrán un tema de conversación y las asperezas se habrán ido”, asegura.

Aunque su “hobby” es reunir los celulares, el mensaje que Tomás quiere dejarle a la gente es: "se debe aprender a tener respeto por la vida, el teléfono es un instrumento para comunicarnos, pero lo usan para dejar de tener familia y amigos; olvidan la parte importante, la cercanía”, concluye.

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