Sector salud no ofrece espacios de recuperación para adictos

El sector juvenil de la población es de los más afectados por este tema.

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Algunas de las drogas consumidas por adictos son la marihuana, crack, LSD y anfetaminas. (Fotos: Jesús Tijerina/SIPSE)
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Eva Murillo/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- Fabiola García vive en carne propia los daños de la adicción a las drogas y la falta de espacios dignos de internamiento que atiendan a menores de edad.  

“Soy mamá de una niña de 15 años que está atravesando problemas de adicción a marihuana, crack, LSD, anfetaminas y clonazepam a las que tuvo acceso a través de las redes sociales como Facebook”.

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Actualmente la menor lleva tres meses internada en un centro de reciente creación en donde también están otros 10 niños en proceso de combatir las adicciones.

Pero antes de llegar a ese lugar, Fabiola recorrió y conoció varios centros de internación particulares, los cuales no solo resultan inaccesibles por el cobro de ocho a 14 mil pesos mensuales, si no que no aceptan a menores de edad y los sistemas que manejan aun contemplan dejarlos sin comida, sin bañarse, golpes y mantenerlos amarrados.

“Son muy pocos y los que hay no tienen áreas dignas, acabamos de ir a uno que está en la salida hacia Mérida donde todavía usan castigos, los amarran y golpean”.

La hija de Fabiola casi no habla, pero ha mostrado avances que le permiten “soltar información” como el que desde los 8 años empezó a fumar y revelar los tipos de droga que más adelante consumió.

“Ella dice que fuma desde los 8 años, tiene tres meses internada pero va para largo, es muy fuerte el consumo que tiene, junto a ella están 10 niños más”.

Cuando la adicción de su hija llegó a un punto crítico, buscó ayuda profesional con psicólogos hasta que llegó a UNEME-CAPA que es el Centro de Atención primaria en adicciones dependiente de la Secretaría de Salud estatal, sin embargo no pudieron ayudarla, porque a decir de ella, no cuentan con programas adecuados para el apoyo a menores adictos.

“Ahí no te hacen absolutamente nada, más que oírla, oírla, oírla y creer en ella pero jamás manejan una terapia y te atienden una vez a la semana… ella estuvo más de un año y no funcionó; mi hija entró en crisis brutal de alucinaciones al grado de irse de la casa”.

Al ver el fracaso de la ayuda en UNEME-CAPA y con datos de centros de internamiento particulares que ellos mismos le dieron, pues “el gobierno no maneja programas de internamiento”, empezó a buscar otras alternativas, pero se topó con que ninguna clínica acepta a menores de edad ni a mujeres.

Pero una luz se encendió cuando se enteró que en el centro Montecristo, ubicado en Rancho Viejo, aceptaban a niños y durante un mes atendieron a su hija y a otros menores, pero con el paso de los días se dio cuenta que para calmar la ansiedad de los adictos los mantenían despiertos hasta altas horas de la madrugada, los proveían de cigarros y café en cantidades exageradas, además de mandarlos a pláticas grupales en donde también habían adultos.

Actualmente la menor está internada desde hace tres meses en la clínica Centro de Rehabilitación en Adicciones de reciente creación y que está en proceso de trámites de legalizar su operación, que atiende a niños y en la que, según su mamá, recibe las terapias adecuadas, hacen ejercicio, llevan dieta balanceada y las instalaciones son dignas.

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