Lara Alfaro/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Rodeados del armónico sonido de las guitarras, el aroma de las flores de cempasúchil y tamales, cancunenses celebraron el Día de los Muertos, una festividad muy significativa para la población. Desde tempranas horas grupos de familiares rodeaban las tumbas de sus seres queridos para cantarles, rezarles, compartir alimentos, limpiar y dejar los objetos que eran preciados por el difunto como juguetes, artículos deportivos, latas de bebidas y prendas de vestir.

A la entrada del panteón Los Olivos, dando la bienvenida a los cientos de visitantes, decenas de vendedores ambulantes ofrecían flores, veladoras,  frutas, comida típica, inciensos, música para rendirle homenaje a los muertos y hasta agua bendita.

México se caracteriza por ser un país donde se rinde culto a la muerte a través de distintas celebraciones, que cambian de acuerdo al estado. En Quintana Roo, según Mercedes Franco, una de las visitantes, no está muy arraigada la cultura en torno al Día de los Muertos. “Yo vengo acá a visitar a mis padres, era mi mamá de Campeche, que acostumbraba a hacer tamales, chocolate y galletas, y colocarlos en el altar de nuestros familiares, yo nunca he tenido esta tradición, pero ahora después de su muerte he decidido aprender un poco más sobre ésta y así transmitirla a mis hijos”.

'Amor Eterno'

Entre las tumbas y con la melodía de la famosa canción “Amor Eterno” de Rocío Dúrcal, Cintia Koyoc, quien hace cuatro años perdió a sus dos hijos y esposo, habló sobre la tradición de hacer los altares en su casa y mantenerlos todo el mes de noviembre. “Yo soy de Yucatán y acostumbro hacer mis altares, además una vez al mes vengo al panteón para mantener limpia la tumba de mis hijos, a pesar de que hay poca vigilancia, los visito junto a su hermanito”.

Visita semanal

Guadalupe del Carmen Novelo semanalmente visita la tumba de su mamá y para el Día de Muertos pintó su lugar y limpió todo el alrededor. “Nosotros le tenemos un espacio donde simulamos en miniatura su casa. Le ponemos la sala, comedor y cama para que cuando su alma suba, ella sienta este lugar como su hogar”.

Además a quienes a pesar del mal olor proveniente de los nichos abiertos que pueden generar enfermedades y la basura que se esparce por los pasillos de tierra, buscan familiares la manera de hacer de la tumba un espacio agradable. Israel Sánchez, con su esposa, visitó el panteón y comentó que tratan de ir con frecuencia al camposanto, pero la inseguridad los ha alejado del lugar. Las misas ofrecidas en diferentes horarios complementaron esta festividad conjuntamente con los coloridos globos y flores, cantos tristes y alegres y ricos platos de comida.