Abusos patronales

En la indefensión total por las “lagunas” en la legislación actual que abren la puerta a abusos sistemáticos...

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En la indefensión total por las “lagunas” en la legislación actual que abren la puerta a abusos sistemáticos, cientos de trabajadores quintanarroenses son víctimas de explotación laboral digna de la época porfiriana, con salarios de hambre, jornadas excesivas y sin seguridad social. Y lo más grave: ninguna de las autoridades responsables respinga siquiera por estas descaradas violaciones a la ley.

Algunos de los sectores más vulnerables son los trabajadores de empresas de limpieza y de seguridad privada, donde estas violaciones a la Ley Federal del Trabajo son la norma.

Una empleada de una de estas empresas privadas de limpieza que ofrece sus servicios en una de las escuelas privadas más elitistas de Chetumal, narró que todos los trabajadores son contratados bajo un régimen “tipo” honorarios, pues la empresa no les brinda seguridad social, aunque tampoco las obligan a extender facturas ya que no se trata de un servicio profesional.

Trabajan ocho horas de lunes a sábado con el infame salario mínimo mexicano, es decir, reciben mil 300 pesos a la quincena, que son 86 pesos diarios, cantidad que está lejos de cubrir las necesidades de una persona.

No reciben aguinaldo, ni tampoco reparto de utilidades, mucho menos vacaciones pagadas y prima vacacional, pues por el tipo de esquema en el que laboran no son sujetos a estas prestaciones.

En las mismas condiciones están la gran mayoría de los guardias de seguridad privada, que a pesar de tener un trabajo de riesgo sus salarios son de los más bajos que existen y no gozan de prestaciones ni seguridad social.

Las denuncias por las malas condiciones laborales de este sector han llegado por decenas a las Juntas de Conciliación en todo el estado, pero a pesar de que las autoridades del Trabajo tienen pleno conocimiento de la situación, nada han hecho para meter en cintura a los abusivos patrones que lucran con la necesidad de sus empleados.

Y es que estas empresas explotadoras están en pleno auge y son prósperas, en gran parte gracias a la reducción de costos que obtienen negando a sus empleados lo que por ley les corresponde.

Por la indefensión en la que viven estos trabajadores debido a la ineficiencia patente de las autoridades laborales dirigidas en el estado por Catalina Portilla Navarro, muchos optan por abandonar estos empleos miserables y dedicarse a actividades como el ambulantaje, engrosando la estadística de informalidad laboral que en Quintana Roo ya ronda el 50 por ciento.

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