Historia: Científico atrapa con su lápiz animales en Campeche

Elías García López tiene un oficio mal pagado y poco común en México: ilustrador científico.

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'Todos dibujamos, bien o mal, pero el perfeccionamiento del trabajo lo convierte en un arte', dice el ilustrador Elías García López. (SIPSE)
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América García/SIPSE
CAMPECHE, Camp.-Todo empezó como un juego de niños, cuando perseguía iguanas y la aguda curiosidad de tocarlas le pulsó el corazón.

Así se gestó en la infancia la primera memoria de la anatomía de plantas y animales que chispeó en Elías García López durante la carrera de Biología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La sencilla tarea de dibujar especies durante las prácticas escolares le abrió el horizonte a una de las profesiones casi inexistentes en el país: la ilustración científica.

“Todos dibujamos, bien o mal, pero el perfeccionamiento del trabajo lo convierte en un arte”.

Elías trajo a Campeche una nueva forma de estudiar la naturaleza y, por qué no, de enseñarla.

Son las líneas que desliza a gran velocidad sobre el papel -si observa una ardilla en vivo- las que enamoran a lápiz con sus caprichosos trazos.

“De pronto ves la cola del animal que se mueve hacia arriba, hacia abajo y brinca; es impresionantemente difícil dibujar una ardilla”, afirma.

Ese garigoleo (ver y trazar con rapidez) contrapone su reto: “Los suizos, que son estudiosos del arte dicen que el trabajo del dibujo es un 70 por ciento pensar y 30 por ciento actuar”.

Por eso antes observa, captura, graba movimientos, y dibuja la cola hasta que sus dedos son sólo ráfagas y sombras.

Para Elías no hay dogma en el bosquejo de un pez que se mueve bajo el agua o una planta.

“Cuando una persona dibuja una planta, lo hace en tres cuartos, de lado, pero no de frente, porque ahí está la dificultad. Estos son los retos que te hacen crecer en tu trabajo, si le pega el viento a la planta, cómo se ve, cómo son sus nervaduras... si tiene vellos o no”.

 “Los suizos, que son estudiosos del arte dicen que el trabajo del dibujo es un 70% pensar y 30% actuar”

Sólo una cosa lo inquieta: la presión de la tecnología. “Muchos me han preguntado por qué no le entro a la ilustración digital que tiene mucha fuerza, o el dibujo a lápiz óptico, Adobe o Photoshop”. La razón es sencilla: no puede renunciar al lápiz y al papel como no puede hacerlo el pintor al lienzo, al pincel o al color.

Dice esto mientras escribe el nombre científico de la especie que ilustra –que puede ser Desmodus, Oxybelis Fulgidus, Mamillaria Luthyle, entre otras- y la da a conocer por medio de sus bocetos para contribuir así a enriquecer la información científica que, afirma, es poca en el estado.

Por desgracia, en Campeche, donde sí hay mucha ciencia y cultura, “poco se usa la herramienta de la ilustración para el aprendizaje o difusión del conocimiento”.

Ni siquiera hay una carrera o una asignatura que facilite la enseñanza, a cuestión expresa.

No obstante, la falta de oportunidades para los grandes talentos (lo que propicia la llamada fuga de cerebros) no ha sido un impedimento para seguir retratando a la naturaleza.

Por lo general –comenta el biólogo y artista – si quieres dedicarte a esto tienes que seguir el propio trazo de la vida, siempre encuentras alguien que enciende esa luz en ti, como por ejemplo, el maestro en arte Aldi Oryaizábal, y Elvia Esparza, grandes ilustradores en México.

Destacan también Alvino Luna, del Instituto de Biología de la UNAM, Manuel Escamilla y Edmundo Saavedra, del Inecol (Instituto de Ecología de Veracruz); Alfonso Barbosa, quien trabaja en Patzcuaro.

Escenario sin fin

Como una gran musa inspiradora, la naturaleza muestra al artista su belleza.

Campeche, con sus más de 38 mil hectáreas de selvas tiene al menos unas 500 mil especies de plantas y animales, lo que, a decir, de un selecto grupo de científicos, es un basto territorio para el trabajo, aunque los recursos  –que la mayoría de las veces proviene de la Federación– nunca serán suficientes.

El fruto de la remuneración por dedicarse a la ciencia en esta fértil tierra, aún es una semilla que no germina para mostrar al mundo que en Campeche hay estudio, análisis, avances científicos que son muy bien pagados en otras universidades e instituciones nacionales y de otros países.

Entre tanto, García López, único ilustrador de estos niveles en nuestro territorio, continúa en el perfeccionamiento de sus técnicas, porque para él todo en la vida es mejorable.

“No creo que exista perfección, aunque considero que la naturaleza es perfecta porque ella sabe dónde poner lo bueno o lo malo, por qué hay plantas deficientes, por qué una flor abre tres o cuatro horas y cierra por la tarde. Por qué ciertos bichos tienen preferencia por ciertos frutos”.

Retratar la naturaleza es una experiencia diferente: “Si has visto una gallina mil veces, siempre encontrarás (desde la perspectiva del dibujante) un movimiento nuevo, cómo camina cuando pasa entre los espinos”…

En las artes plásticas –explica – todo es así, el mosaico de diferencias es lo que hace rico este arte. Es lo que lo hace un escenario infinito.

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