Héroes anónimos salvan a padre e hijo de morir ahogados

El guardavida de Protección Civil no se encontraba en ese momento en la playa.

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Paramédicos atendieron al joven en la playa. (Eric Galindo/SIPSE)
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Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “¡Auxilio!, ¡auxilio!, ¡ayúdenme!”, gritó con desesperación un padre de familia al ver que el cansancio le estaba ganando para rescatar a su hijo Mauricio N, de 16 años, que se estaba ahogando en una parte profunda de la playa Caracol.

Un par de héroes anónimos se metió con una llanta y una tabla y logró rescatarlos, mientras que el guardavida de Protección Civil, asignado a vigilar esa playa, estaba comiendo en un restaurante, y los agentes de seguridad privada de un hotel que presenciaron los hechos, ni se inmutaron en pedir apoyo para salvarles la vida a los turistas.

El mediodía de ayer, la playa Caracol ubicada en el kilómetro 9, del bulevar Kukulcán, estaba llena de bañistas extranjeros y nacionales.

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De pronto, la gente que estaba en la orilla de la playa empezó a mirar hacia la zona donde se encuentran unas boyas amarillas, a unos 100 metros aproximadamente.

A lo lejos, Rubén N, padre de familia, que llegó hace una semana a este destino procedente del Distrito Federal, junto con su esposa y sus dos hijos, de 12 y 16 años, gritó en repetidas ocasiones que lo auxiliaran.

Estaba tratando de salvar a su hijo Mauricio que lo había arrastrado la corriente a lo profundo, pero el cansancio hizo que poco a poco perdiera fuerza para seguir nadando y rescatar a su consanguíneo.

Padre logra rescatar a uno

“La corriente nos jaló a los tres, a empujones saqué a mi hijo, el más chico, después regresé por el grande, pero la corriente ya se lo había llevado lejos”, dijo Rubén después de ser salvado.

En el lugar no había ningún guardavida de Protección Civil que lo auxiliara, un bañista pidió una tabla de unicel y se lanzó al agua para rescatar a padre e hijo, otro vacacionista lo siguió con un salvavidas inflable, en forma de llanta.

Los gritos de Rubén eran de desesperación, ya la energía se le estaba agotando para mantenerse a flote, hasta que lograron llegar los héroes anónimos.

Agentes de seguridad privada

Un bañista le pidió a dos agentes de seguridad privada del hotel Riu, que presenciaron los hechos, que solicitaran apoyo para salvar al padre de familia y a su vástago, pero ni se inmutaron, se quedaron sólo de espectadores.

Otros marcaron al número de emergencias para que enviaran una ambulancia, por lo que paramédicos de la Cruz Roja llegaron de inmediato y valoraron al joven, quien se encontraba tendido en la arena.

Los socorristas, con el apoyo de elementos de la Policía Turística, sacaron cargando al muchacho hasta el área de estacionamiento para subirlo a la ambulancia, que lo trasladó hasta la clínica del Issste.

Minutos después llegó personal de la división de Gendarmería para tomar conocimiento de los hechos, mientras que los héroes anónimos se perdieron entre la gente.

Protección Civil anunció en el arranque del operativo decembrino que cada playa pública tenía dos guardavidas con un horario de 8 a 17 horas, pero en la Caracol, al momento de los hechos, sólo había uno y éste se encontraba comiendo, porque tienen 20 minutos para alimentarse, según dijo la supervisora de guardavidas.

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