Ichkabal, zona arqueológica 'perfecta' para el aviturismo

Para la restauración del lugar el INAH requiere cinco millones de pesos, montó con el que no cuenta.

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El lugar busca despuntar como un destino turístico por su ubicación geográfica. (Javier Ortiz/SIPSE)
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Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Autoridades ejidales, municipales y personalidades de la cabecera municipal de Bacalar conformarán un grupo interdisciplinario para retomar negociaciones con autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a fin de destrabar el caso de la zona arqueológica de Ichkabal, para despuntar el turismo en esta zona.

Filiberto Buitrón Hernández, presidente del comisariado ejidal de Bacalar, dio a conocer que ya propició el acercamiento con la arqueóloga, Sandra Balanzario Granados, encargada de ese sitio, para retomar las pláticas entre la delegada del instituto, Adriana Velázquez Morlet, y el grupo de ciudadanos bacalarenses integrado por autoridades de ese ejido, municipales, el secretario de Educación y Cultura (Seyc), Alberto Alonso Ovando, en representación del gobierno estatal, y en calidad de ciudadanos, Francisco Flota Medrano y Eduardo Ic Sandy, entre otros.

La suspensión desde hace más de cinco años de los trabajos de restauración que el INAH realizaba en la zona, mantiene preocupados a los empresarios turísticos del municipio de Bacalar y a los mismos ejidatarios, pues aseguran tener fincadas sus esperanzas en integrar ese punto arqueológico a una serie de proyectos que buscan despuntar esa localidad como destino turístico.

Sin fondos para restaurar

Hace dos años, el anterior comisariado del ejido Bacalar, Felipe Castro Gómez, sostuvo diversas reuniones con la delegada del INAH en la entidad y, sin embargo, no se llegó a ningún acuerdo.

Castro Gómez señaló que en la última reunión, la representación del INAH señaló la falta de recursos para continuar con los trabajos de restauración de la zona arqueológica, pues se requieren al menos cinco millones de pesos, con los que no cuenta el instituto.

Sin embargo, existe otra preocupación entre los ejidatarios, pues el INAH autodelimitó tres mil hectáreas de los terrenos de ese núcleo sin el consentimiento de ellos, incluso colocaron una valla que impide el tránsito de los campesinos a sus parcelas, lo que mantiene en descontento a la mayoría de productores que exigen una explicación a la arbitraria medida adoptada por el instituto, ya que las tierras son de su propiedad y actualmente no pueden transitar libremente por ellas.

Mientras se retoman las negociaciones, los ejidatarios de Bacalar continuarán con el proyecto ecoturístico que proyectaron en esa zona y que comprende una superficie de seis mil 424 hectáreas, cuya primera parte ya se encuentra concluida y consta de una torre de 25 metros para avistamiento de aves a través de binoculares y dos palapas ecoturísticas que se construyeron el año pasado con un apoyo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

La segunda etapa constará de baños, palapas de descanso, la construcción de una zona de senderos interpretativos en medio de la selva y el acondicionamiento de un área para la práctica de aviturismo, aprovechando que la península de Yucatán, es paso de millón y medio de aves durante las temporadas migratorias y este segmento no ha sido aprovechado, señaló.

¿Conoces Ichkabal?

De acuerdo a la página del INAH, Ichkabal se encuentra al poniente de la laguna de Bacalar, rodeado de una gran cantidad de asentamientos prehispánicos menores y muy cerca de la zona arqueológica de Dzibanché. El nombre le fue asignado en marzo de 1995, cuando los primeros arqueólogos llegaron al lugar acompañados de guías locales; el nombre significa “entre bajos”, con lo cual se quisieron resaltar las características fisiográficas del entorno del sitio.

Hasta el momento es uno de los sitios más monumentales del sur de Quintana Roo; cuenta con estructuras hasta de 46 metros de altura lo que permite asegurar que se trata de uno de los grandes centros políticos de la región desde épocas muy tempranas. De acuerdo con los primeros reconocimientos en superficie, tiene más de 30 kilómetros cuadrados de extensión.

Los primeros trabajos de exploración arqueológica iniciaron en 2009 y permiten asegurar que se trata de un asentamiento muy antiguo, seguramente iniciado durante el Preclásico medio o tardío, a decir de los arreglos de sus edificios y de la monumentalidad y características de esa época.

El sitio integra seis grupos arquitectónicos y cuatro aguadas. El Grupo Principal está compuesto por tres enormes basamentos y un grupo de plaza, todos ellos colocados en cada una de las esquinas de la extensa plaza que forman y la cual cierra al sur con una aguada rectangular de una hectárea.

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