'La gran muralla', una película exitosa

El director chino Yimou Zhang da una gran lección de cómo hacer una cinta de acción fantástica.

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El trabajo de Matt Damon como un mercenario que descubre tener una conciencia es bien balanceado con la labor de Tian Jing. (Contexto/Internet)
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Por Rafael R. Deustúa

El propósito del cine comercial es brindar sueños a la audiencia, un universo que los maraville por un par de horas. Pero maravillar al público es cada vez más dificil, pues si antes un coche saltaba 3 metros ahora debe saltar 60 metros y deja de ser creíble. Por ello “La gran muralla” es exitosa en su estrategia al llevarnos a un universo que no tiene comparación pues es totalmente nuevo en la fantasía histórica.

La fantasía histórica implica tomar algún acontecimiento documentado del pasado de la humanidad y añadirle un giro fantástico, como lo hizo “Abraham Lincoln, cazador de vampiros”. En éste caso tenemos a dos mercenarios europeos que en el medievo llegan a China buscando pólvora, pero se topan con la Gran Muralla y, sin querer, con la secreta y verdadera razón por la que fue construída: detener monstruos.

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Max Brooks, Edward Zwick y Marshall Herskovitz idearon la historia y Carlo Bernard, Doug Miro Tony Gilroy la escribieron. Ninguno es chino sin embargo lograron crear personajes y un entorno creíble en esa cultura y ése es el merito del libreto, puesto que la historia en sí misma es muy sencilla, pero la detallada recreación del universo donde se desarrolla es lo que le da cierta credibilidad.

Zhang se apodera de nuestra atención desde el primer momento y no la suelta. Casi inmediatamente nos crea intriga cuando la tropa de William y Tovar es exterminada por una rara creatura de la que sólo queda una garra, misma que les sirve como tarjeta de presentación cuando se topan con las tropas en alerta de la gran muralla. A partir de ahí tenemos un desarrollo dinámico de las acciones, con unas breves pausas para dar un poco de trasfondo a los personajes.

El trabajo de Matt Damon como un mercenario que descubre tener una conciencia es bien balanceado con la labor de Tian Jing, como una joven comandante. El bufonesco Pedro Pascal y el intrigante Willem Dafoe redondean el personaje de Damon y los serios Andy Lau y Eddie Peng dan credibilidad a Jing; un gran trabajo en equipo del reparto.

Lo que es una delicia, más que los efectos especiales -que son buenos-, es el fantástico diseño de producción: Armaduras, armas, vestuario, arquitectura, estrategias de batalla, diseño de monstruos, todos los detalles que ayudan a que uno sienta real ése universo son imaginativos y muy bien realizados.

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