Javier Ortíz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Las acciones y acuerdos tomados para evitar la contaminación de la Laguna de los Siete Colores, se mantendrán frenadas hasta el próximo cambio de administración estatal y municipal, al menos en el seno del Comité de Cuenca del Sistema Laguna de Bacalar, debido a que dicho órgano se encuentra integrado por representantes de diversas dependencias de los tres niveles de gobierno, los cuales no se pueden comprometer.

Romel Cano Álvarez, coordinador operativo de dicho comité, señaló que es el caso de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), cuyo papel resulta fundamental para orientar a las familias para que se conecten a la red de drenaje sanitario y dejen de realizar sus descargas de aguas negras en las fosas sépticas.

Mientras se realiza el cambio de batuta, dijo que se encuentran integrando una campaña de concientización que llevarán a cabo con este propósito, después que junto con la Asociación Civil Amigos de Sianka‘an, realicen un estudio minucioso sobre las viviendas que se encuentran conectadas al drenaje y las que no lo han hecho.

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Dijo que en el caso del comité no perjudica de manera directa el cambio de administración gubernamental, aunque de manera indirecta si afecta, ya que tendrán que esperar que se integren los nuevos representantes de las diversas dependencias, para tomar acuerdos y retomar las responsabilidades.

Utilizan fosas sépticas 

Mientras eso ocurre, medio millar de viviendas que cuentan con servicio de drenaje sanitario, no se han conectado al mismo y suponen que siguen utilizando fosas sépticas para desalojar sus aguas negras, pues son los depósitos que desde un principio se comenzaron a utilizar en la ciudad y se convirtió en costumbre de las familias bacalarenses.

Aunque a decir de algunos vecinos de la colonia centro, una de las tres que ya cuentan con este servicio, conectarse al drenaje sanitario les representa un gasto de entre mil 500 y dos mil pesos, para aquellos cuyos baños se encuentren cerca de la calle, pero no es así para quienes acostumbran tenerlo en la parte posterior de sus viviendas, cuyos costos son más elevados.