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Hacer dietas restrictivas y generales, provocan rápida pérdida de peso, pero en cuanto se abandonan, el efecto “yo-yo” hace que el cuerpo consuma más comida para recuperarse. (Luis Soto/SIPSE)
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Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Bajar de peso, ponerse a dieta y hacer ejercicio, son los propósitos más socorridos cada inicio de año, y de los primeros en olvidarse. 

Quien pretende bajar de peso “de golpe” opta por seguir “dietas milagro” que en lugar de ayudar a su metabolismo, lo empeora, ocasionando que siete de cada 10 abandonen propósito en los primeros meses. 

Cristina Lara Zamora, secretaria del Colegio de Nutrición de Quintana Roo, dijo que el primer objetivo es plantearse que lo que se quiere es modificar los hábitos alimenticios, no entrar en  dietas restrictivas sino en las que creen equilibrio sobre la comida que se consume. 

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“Un buen nutriólogo hace un análisis de lo que el paciente consume y a partir de ahí, una dieta personalizada sin llegar a malestar general”

Afirmó que lo primero es aprender a comer y retomar una alimentación saludable, “podemos disfrutar de los chilaquiles, tortillas, pan, harinas, pero con moderación, y con la combinación adecuada se podrá alcanzar el peso ideal; lo que se debe hacer es un propósito profundo y no una meta superficial como la pérdida de peso, porque entonces es poco probable que nos mantengamos todo el año”, insistió.

Apegarse a un plan generalizado como tomar pastillas, tés, infusiones o inyecciones para bajar de peso, lo único que ocasionará será un efecto “yo-yo”, rebote que llega no por la pérdida de peso, sino porque la estrategia utilizada para perderlo no era individualizada y al regresar a los viejos hábitos, se recupera peso rápidamente.

Para quien tiene de 10 a 20 kilogramos de sobrepeso, se recomienda que con ayuda de un experto en nutrición pierda grasa, no peso, pues es el tejido adiposo, que es la energía de reserva del cuerpo, entonces se reduce medida, en comparación que cuando se pierde de tres a cuatro kilos de peso en una semana, por dietas muy restrictivas y que ocasionan un rápido abandono.

“Un buen nutriólogo hace un análisis de lo que el paciente consume y a partir de ahí, una dieta personalizada sin llegar a malestar general”, dijo la especialista.

Los tratamientos para la pérdida de peso graso son a largo plazo, por ello se debe poner en manos de un nutriólogo para que éste sea el guía y logre alcanzar las metas prometidas.

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