Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La Fiscalía General del Estado (FGE) tiene nombres, apodos, características y vehículos en los que se mueven miembros de la delincuencia organizada, pero por el momento no pueden hacer nada para detenerlos, por los protocolos que les exige el Nuevo Sistema de Justicia Penal, tiene que haber un señalamiento o una prueba científica que los incrimine para que puedan solicitar una orden de aprehensión en su contra.

Las autoridades ministeriales tienen las manos atadas, solo pueden detener a estos sujetos en flagrante de delito, es decir, al momento de que sucedieron los hechos.

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De acuerdo al nuevo sistema penal, los agentes ministeriales solo pueden entrevistar al detenido o imputado sobre el hecho por lo cual lo detuvieron, si este se encuentra involucrado en otros hechos violentos no puede ser interrogado.

Además para que sea entrevistado y declarado por el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) tiene que estar presente su abogado, de lo contrario no es válida su confesión ante un juez de control.

Otra forma de detener a estos sujetos es solicitar una orden de aprehensión a un Juzgado de Control, pero para eso los agentes ministeriales y los agentes del Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) tienen que tener pruebas contundentes para que pueda otorgársela el juez.

Es difícil para las autoridades obtener un testigo que pueda señalar a un sujeto de haber ejecutado a alguna persona, por lo regular las personas no quieren decir nada a las autoridades por miedo a que puedan tener represalias, según versiones de policías ministeriales.

Todo el trabajo lo tiene el personal de Servicios Periciales, ellos tienen que comprobar científicamente, con peritajes de balística, planimetrías, datos de prueba que levanten en el lugar de los hechos, para que puedan incriminar al presunto responsable y puedan sujetarlo a un proceso penal oral.