Como en las tienditas, hay de todo; igual Quintana Roo, como en tiendita o botica, sexenio a sexenio y trienio a trienio. Como hongos en tiempo de lluvia, el changarro ha sido explotado de manera cínica y descarada, cometiendo latrocinios y peculados a modo y cantidades acordes a la época. Comentar que éste o aquel no cometieron robos y desfalcos al erario, sería mentir o soslayar una realidad que está a la vista.

Las reformas legales y la nueva organización judicial en lo que respecta a la efectividad de la legislación vigente, la  nueva ley de justicia penal acusatoria ordenada desde las cúpulas de la partidocracia de manera oficiosa transada desde Molino del Rey en la Ciudad de México dejan claro una intención de evitar sentencias severa a los servidores públicos en los segmentos intermedios hasta la cúspide de la administración gubernamental.

La Fiscalía General del Estado que no ha actuado con contundencia y que ocupa parte de su tiempo en confrontaciones mediáticas por señalamientos apológicos, distrae  su oficio que deja la sensación de que, supuestamente, evita aplicar las figuras delictivas denunciadas por el Ejecutivo y los Ediles de Ayuntamientos, quizás con errores de forma pero con fondo que la sociedad quintanarroense conoce de sobra.

Así va transcurriendo el tiempo y los agraviados solo escuchan declaraciones del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong respecto que no existen órdenes de aprehensión en contra de Roberto Borge Angulo; el Subsecretario de Hacienda, también señala enfáticamente que difícilmente se pueda recuperar lo robado en bienes muebles e inmuebles así como grandes cantidades de dinero que por arte de magia salieron a paraísos internacionales vía prestanombres familiares o amistades-cómplices.

Qué  hacer ante el escenario truculento desde la representación social, ( Fiscalía General del Estado y Federal ) y las instancias judiciales que aplican, o debieran aplicar la ley con su justo rigor ante el daño irreversible causado a la población quintanarroense y nacional auspiciado por una legislatura cómplice tanto en el Congreso de la Unión como en los estatales que con uno u otro color esperan con ansia incorporarse al lumpen político depredados sin conocer o reconocer la causa y efecto que sufrirían sus futuras generaciones si no saben administrarse.

Por lo pronto, apuestan a la riqueza mal habida que al crecimiento político en busca de la reelección; ahora no vemos prospectos con miras al 2018 y muchísimo menos para el 2019, parece que ¨ más vale pájaro en mano, que siento bonito y…¡ AL TIEMPO !