Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Con el fin de conocer el lugar en el que nacieron las tortugas, la edad, el comportamiento así como los principales factores que las acechan, desde el 2003, la Asociación de Flora y Fauna en México colocó chips a 181 mil tortugas caguamas y blancas, de las cuales, 31 regresaron el año pasado.

El dispositivo es colocado en su caparazón y así los investigadores conocen cuál es la ruta que toman después de dejar el nido, para iniciar su vida en el mar.

El chip tiene la capacidad de enviar más de 200 señales por día, lo que contribuye para que se realice puntualmente el seguimiento a los quelonios.

Esta estrategia forma parte del Programa de Marcado por Autoinjerto, en el cual participan miembros del parque Xcaret, quienes han realizado acciones de conservación de las especies que arriban a las playas de Quintana Roo.

Llevan un registro de vida

Rafael Escutia Garmendia, miembro de la Asociación que dirige esta actividad en distintas partes de la República Mexicana, ha sido testigo de que gracias a este método, es posible tener un registro de aquellas que visitan los balnearios públicos en más de una ocasión.

Tal como sucedió con la tortuga con la marca J3630, quien regresó en 2011, con 20 años de edad y que conservó la misma marca metálica desde 1991, año en el que se hicieron las primeras colocaciones del dispositivo.  En su trayectoria, ha sido posible conocer que ha anidado un total de 19 veces y que ha producido más de mil 400 crías, nacidas en la misma playa que su madre, Xcacel.

Escutia Garmendia destaca que se han avistado quelonios juveniles en diferentes partes del mar Caribe; hay mayores resultados en las adultas, porque son las que salen a anidar a las playas protegidas, lo que posibilita tener el registro de su edad.

En 2013, por lo menos 31 tortugas blancas con la marca de autoinjerto regresaron a anidar al Estado, cifra que se sumó a las 60 que han llegado a lo largo de nueve años.