Yenny Gaona/SIPSE

PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Las tormentas, huracanes, invasión del pez león, acidificación del océano como consecuencia del cambio climático, sobrepesca, descarga de aguas residuales, residuos sólidos, sedimentos y el desarrollo costero son los principales factores que afectan la vida del sistema arrecifal.

 

Marisol Rueda Flores, coordinadora de la Iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable (HRI, por sus siglas en inglés), en México, mostró en un recorrido los contrastes que hay en una zona virgen y otra muerta dentro del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos.

 

Se visitó el arrecife “Limones”, espacio sano en el que habitan una gran variedad de especies como el pez loro y tiburón gato, y diferentes tipos de corales. En cambio en la zona afectada por los sedimentos, todo luce gris y con poca vida.

 

El Reporte de la Salud Ecológica del Arrecife Mesoamericano presentado este 5 de diciembre, menciona que de 193 sitios monitoreados entre México, Guatemala, Honduras y Belice, el 24% es crítico, 40% en malas condiciones, 25% regular, 9% bien y el 2% en buenas condiciones.

 

El primer reporte se inició en 2006 con la participación de tres organizaciones no gubernamentales y ahora son 48 las interesadas en proteger la vida del arrecife en los cuatro países que comparten la segunda barrera más grande en el mundo del hemisferio occidental.

 

Belice tiene un buen tratamiento de sus aguas residuales, es un reto para México respetar la Convención de Cartagena para respetar los estándares de la NOM 001.

 

El Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) tiene una extensión de aproximadamente mil kilómetros desde el extremo norte de la Península de Yucatán hacia el sur, hasta las Islas de la Bahía, frente a la costa norte de Honduras, y frente a las costas de Guatemala y Belice.

 

Carlos Herrera Acosta, integrante de la Sociedad Cooperativa de Servicios Turísticos de Puerto Morelos, inició a vender tours de snorkel en 1997 cuando esta población no era una área natural protegida ni había reglas que respetar, sin embargo, eran conscientes de proteger el ecosistema marino.

 

Y desde que se protegió esta área en 1998, los prestadores de servicios turísticos y pescadores ven beneficios en la zona porque existe un control para visitar los arrecifes.