Mujeres emprendedoras luchan por realizar sus proyectos

Tienen que pagar para que les elaboren su propuesta sin garantía que resulte autorizado.

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Mujeres trabajadoras desean contribuir con el gasto familiar con su esfuerzo. (Javier Ortiz/SIPSE)
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Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Las mujeres emprendedoras de las comunidades rurales del municipio de Bacalar sienten frenada su participación en los programas de apoyo productivo que desarrollan las diferentes instancias del gobierno federal, debido a que tienen que pagar para que les elaboren su proyecto sin garantía que resulte autorizado.

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Ana Bertha Chablé Pat, habitante de la comunidad de Vallehermoso, indicó que el año pasado, por segunda ocasión, un grupo de mujeres se organizaron para presentar un proyecto de hortalizas en invernadero, para lo cual tuvieron que pagar dos mil 500 pesos para su elaboración, sin embargo, no resultó aprobado el proyecto y perdieron su dinero.

Dijo que es la segunda ocasión que se aventuran a llevarlo a cabo, a pesar que les representa un gasto para su deteriorada economía familiar, sin embargo, la falta de oportunidades de empleo en el área rural y la difícil situación que viven, las orilla a hacer un esfuerzo extraordinario.

Gastos 

Señaló que este tipo de gastos, es lo que frena su participación en los proyectos que impulsa la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), ya que viven al día y a duras penas, por lo que pidió que las autoridades consideren la situación que viven en el área rural y eliminen algunos requisitos que obstaculiza su participación.

Romualda Balam Hu, indicó que son un grupo de mujeres trabajadoras que desean contribuir con el gasto familiar con su esfuerzo, pero la única forma es a través de un proyecto colectivo que les permita obtener recursos, ya que por cuenta propia es más difícil, sin embargo, tienen que pagar para que les elaboren y gestionen los recursos a través de los programas federales donde hasta ahora no han tenido suerte.

En su caso, dijo que su marido es albañil, pero ante la falta de trabajo en su comunidad se trasladó a Cancún desde hace cuatro meses, desde donde le manda dinero para la manutención de sus tres pequeños hijos, pero le resulta insuficiente, por lo que tiene que buscar alternativas para contribuir al gasto de su familia.

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