Edgardo Rodríguez/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- El estado de Quintana Roo, uno de los estados con mayor riqueza forestal, ha perdido en 20 años un total de 20 mil metros cúbicos en aprovechamiento de maderas preciosas como el Cedro y la Caoba, ya que a finales de los años 70 se registraba una producción de aproximadamente 25 mil metro cúbicos de esta apreciada variedad.

No obstante, en los últimos años se han reportado apenas cerca de cinco mil metros cúbicos aprovechados.

La disminución se debe a la sobreexplotación de maderas que ha existido en la entidad, pues actualmente existe de dos a tres árboles maderables por hectárea de las especies antes mencionadas y, por otro lado, a los malos manejos de los programas de reforestación de estas especies, ya que no existen silvicultores dedicados a esta labor y los proyectos no tienen seguimiento o están mal planteados.

De acuerdo con el profesor investigador forestal, silvicultura y restauración, Pedro Macario Mendoza, en los últimos 20 años Quintana Roo ha perdido gran parte de su riqueza forestal de maderas preciosas ya que desde principios del siglo pasado, se comenzó con la explotación del material forestal que había en la selva del estado, sobre todo de la zona sur y de la región colindante con Campeche.

Esta explotación se dio de manera inmoderada y sin que ninguna autoridad pusiera un límite a la explotación de maderas, sobre todo de especies como la Caoba y el Cedro que son conocidas o etiquetadas como preciosas ya que sus cualidades y atribuciones las hacen ser prácticamente únicas entre las demás especies maderables.

Explicó que las cualidades de ambas son parecidas ya que pertenecen a familia Meliaceae, por lo cual  son maderas semi-blandas ya que tienen una flexibilidad para el manejo, acerrarlas y pulirlas, además su vistosidad hacen que sean de las codiciadas y caras en el mercado ya que un metro cuadrado de madera tiene un precio de cuatro a cinco mil pesos a comparación de las otras que son inferiores a los dos mil pesos.

Esto ha conllevado a que sea una madera sobre explotada y actualmente se ha disminuido en 20 mil metros cúbicos, pues en 1976 se obtenía cerca de 25 mil metros cúbicos y en fechas recientes se obtienen de cinco mil a seis mil metros cúbicos al año.

Agregó que esta disminución se debe a que se han agotado los árboles más longevos y con mayor diámetro, por lo que ahora sólo quedan plantaciones relativamente jóvenes. De igual manera detalló en que ahora el número de Caobas o Cedros es de dos o tres ejemplares por hectárea, cuando en épocas pasadas era más del doble o el triple.

Por último, ahondo en que los programas para la reforestación han sido prácticamente mal implementados y dirigidos, pues de cada mil plantas sólo 10 o menos pueden desarrollarse ya que estas especies son heliófilas, es decir, necesitan la luz del sol durante parte de su desarrollo o de lo contrario no podrán desarrollarse.

Aunado a ello, la falta de interés de la gente ha ocasionado que las plantaciones no tengan el éxito necesario, pues al no ser silvicultores no cuentan con los conocimientos necesarios para poder desarrollar los proyectos y sólo buscan los apoyos económicos del gobierno pero no el desarrollo de las especies forestales.