El viernes pasado, cuando se puso en marcha el Operativo de Seguridad Vacacional de Semana Santa en Quintana Roo, se brindó el siguiente dato: más de un millón 300 mil visitantes del 24 de marzo al 7 de abril. Sorprendente. En realidad, es una cifra de costumbre: en la pospandemia los números son iguales o mejores que antes de 2019.

Turistas y visitantes llegan por racimo, a quienes se les debe garantizar la seguridad. También a la población local, que aprovecha los días inhábiles para pasear o descansar. La seguridad es para todos: locales y foráneos; por ello la coordinación es integral, con una estrategia coordinada de los tres órdenes de gobierno, fuerzas armadas y Guardia Nacional.

La administración estatal difundió que las secretarías de Seguridad Ciudadana tienen disponibles 2 mil 395 elementos distribuidos en los 11 municipios, de los cuales 104 son agentes de la Policía Turística que atienden los municipios Benito Juárez, Solidaridad, Othón P. Blanco, Cozumel, Isla Mujeres, Tulum y Bacalar. Los cuatro primeros, los de mayor población.

Antes del periodo de asueto, los números también son positivos. Del 16 al pasado 22 el Caribe Mexicano registró una ocupación del 76.4% con más de 500 mil turistas. El inicio de la temporada permitió augurar la bonanza actual.

De acuerdo con el reporte semanal extendido hacia otros ramos, en el mismo lapso se recibieron 32 cruceros en Cozumel y 17 en Mahahual, para llegar a un acumulado mensual de 154. Para la semana del 25 al 31 de marzo están programados para atracar 32 en Cozumel, el Pueblo Mágico más reciente, donde administra Juanita Alonso.

El mismo panorama alentador se refleja en aeropuertos, con porcentajes crecientes, en lo concerniente a las operaciones. La conclusión es que el estado sigue fortaleciendo su liderazgo turístico mundial en todos sus ámbitos. Son 12 destinos que siguen en la preferencia de los viajeros nacionales e internacionales.

Vienen los mejores días. Habrá que ponderar aquellos que viajan por tierra y llegan a casas de familiares, amigos o listas para aflojar, fuera de los registros oficiales, aunque también generan derrama. Las ganancias no sólo provienen de los segmentos hospedados en recintos formalizados.

Bienvenidos todos, dicen las autoridades. El objetivo de la seguridad es el “saldo blanco” y ha sido, afortunadamente, una grata constante que deja incontables satisfacciones durante las vacaciones.