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La tragedia sin fin del Museo del Mestizaje construido en el esqueleto de la “megaescultura” chetumaleña instalada en la bahía y la fallida remodelación de la Avenida de los Héroes no son las únicas herencias nauseabundas que recibió el gobierno de Carlos Joaquín González, pues a estas se tiene que sumar la Unidad Deportiva Chactemal, obra que empezó a construirse al final del gobierno de Roberto Borge Angulo y que se vendió –al igual que las anteriores– como una maravilla.

 En su discurso, el ex gobernador Roberto Borge prometió una inversión de unos 200 millones de pesos para la edificación de esta unidad deportiva que tanta falta hace en la abandonada capital quintanarroense, pero la promesa se fue diluyendo con el tiempo, y de los 200 millones la inversión destinada se redujo a solo 62 millones de pesos.

Para colmo, la obra entregada a una constructora veracruzana no se concluyó a tiempo y quedó convertida en un verdadero cochinero que impactó financieramente al actual gobierno, ya que por no poder comprobar la aplicación de 35 millones de pesos de origen federal destinados a la edificación de esa unidad, la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) tuvo que devolver ese dinero que nadie sabe dónde quedó.

Este absurdo fue reconocido por el titular de la Sintra, Jorge Portilla Manica, quien afirmó que la obra fue recibida con menos de un 30 por ciento de avance, a pesar de que se pagó la mayor parte del presupuesto a la empresa Bocaver, que dejó tirada la obra como chancla vieja.

El problema es ahora para la dependencia, pues además de que tuvieron que regresar 35 millones de pesos de sus propias arcas, no cuenta con recursos para continuar la construcción, por lo que el proyecto de la Unidad Deportiva Chetumal será detenido y pospuesto hasta nuevo aviso.

En sus seis meses al frente de la Sintra, Jorge Portilla no ha logrado aún poner orden y las obras paralizadas se están convirtiendo en una verdadera maldición, pues el funcionario no ha logrado sortear los problemas heredados y gestionar nuevos recursos.

Sin importar como fue recibida, la Unidad Deportiva para Chetumal es una tarea pendiente más para la Sintra y no puede ser simplemente desechada porque ha costado mucho dinero, además del tiempo perdido.

Jorge Portilla debe ponerse a trabajar en serio para recuperar esos recursos si fueron desviados y para gestionar nuevos apoyos para la terminación de esta y las otras obras en suspenso, porque la ciudadanía está harta de excusas.

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