Para Olmo Torres Talamante, encargado de Ecología de Sistemas Acuáticos de Razonatura A.C., asociación miembro del Consejo de la Cuenca de la Península, el tema del manejo de las aguas residuales debe ser importante para el país, pero primordial para Quintana Roo, ya que este último depende social y económicamente del arrecife, el principal afectado por dichas descargas, por lo que dijo, es necesario llevar a cabo dos acciones para hacer dos cambios en las leyes, uno para reconocer al acuífero como receptor de aguas residuales y así legislar sobre su uso y el otro sobre el tipo de agua tratada de la zona.

 

“El marco legal en México no contempla a los acuíferos, que son los cuerpos de agua subterráneos, como un cuerpo receptor, ya que los cuerpos receptores de aguas residuales en nuestro país son el mar, lagos o ríos, pero el acuífero al no estar ni siquiera contemplado en la ley, no se pueden tomar medidas para conservarlo, y siendo éste en la península nuestro surtidor de agua, es necesario establecer parámetros para conservarlo; pero por otro lado está el hecho de que México tiene una baja calidad en el tratamiento de agua, a veces por debajo de los estándares internacionales, poniendo en riesgo lo ambiental, lo económico y los social”, advirtió.

 

Explicó que a nivel internacional el Protocolo de Cartagena de Indias, ratificado por México en 1986, establece que hay dos tipos de aguas residuales en términos de su calidad: clase I y clase II, siendo la clase I la más limpia, es decir, que tras el tratamiento se logra una pureza de hasta 95 por ciento, mientras que la clase II apenas alcanza el 50 por ciento, y en México su normatividad, que es la NOM001, dice que el agua es de clase II; cuando países como Belice obligan por ley a las plantas de tratamiento a obtener agua clase I.

 

“Es un paso que se debe de dar,  si no se puede o no se quiere dar en todo el país; en la Península de Yucatán sí es sumamente importante no sólo por los arrecifes, sino por las características hidrológicas de la misma. En Quintana Roo, con las joyas naturales que tenemos como en este caso el arrecife, no podemos darnos el lujo de tener agua clase II, debemos darnos el lujo de tener agua limpia y esto es un paso que requiere de voluntad política, y creo que estamos en un momento muy importante con el cambio de gobierno federal; y es lo que se propondrá a nivel federal y local”, acotó.