Enrique Mena/SIPSE

CHETUMAL, Q. Roo.- Decenas de familias chetumaleñas viven en ambiente de pestilencia, rapiña de animales, y moscas en abundancia por la proliferación de basureros clandestinos en puntos solitarios, situación que se genera en colonias populares como el caso de la Nuevo Progreso. La instalación de letreros pidiendo que se evite arrojar desechos en áreas verdes o lotes baldíos es constante, sin embargo se respeta de forma mínima por gente desconsiderada, como califican vecinos afectados, al mismo tiempo que la dirección de servicios públicos municipales es rebasada por el crecimiento de basura en sitios públicos y privados.

 

Otras colonias que advierten el mismo problema son: Payo Obispo II, Fraccionamiento las Américas III y Caribe, Nueva Generación, Solidaridad y Proterritorio. Justo a espaldas de la escuela Mariano Azuela, ubicada en la primera, se encuentra un basurero clandestino con al menos 25 años desde su nacimiento.

 

En el caso de la colonia Nuevo Progreso, justo al tope de la avenida Javier Rojo Gómez, las familias optaron por el establecimiento de letreros con leyendas “esto no es un basurero, evíteme la pena de llamar a la policía”, “por favor no tire basura”. Incluso vándalos se reúnen en el lugar a consumir bebidas alcohólicas, estupefacientes o drogas.

 

Magdalena Martínez Osorio, madre de familia de 46 años de edad quien vive a escasos 25 metros del lugar en cuestión, explicó desde hace 5 años el lote baldío ha fungido como tiradero de basura. Hay cuando menos cuatro puntos que sirven como tiraderos. 

 

En diversas ocasiones se ha externado la denuncia a los servicios públicos municipales para que realicen la limpieza del lugar o al menos establecer una medida preventiva para evitar se continúe con dichas acciones.

 

El subdirector de Saneamiento Ambiental de Servicios Públicos Municipales, Gonzalo Medina Aguilar, explicó que en las 118 colonias de la capital se lleva a cabo la limpieza de la vía pública, pero no así en el caso de lotes baldíos o áreas verdes de su jurisdicción.

 

Tal es el caso de la zona ubicada sobre la calle Colibrí cruzamiento con calle Celul, donde por más de 25 años se ha realizado la acumulación de desechos de forma clandestina y que en un perímetro de 100 metros la pestilencia es el distintivo.

 

Actualmente, son 120 recolectores de basura que hay en el municipio Othón P. Blanco, insuficientes para mantenerlo limpio, dijo Martínez Osorio.