El gobernador Carlos Joaquín González encabezó hace una semana la primera audiencia pública denominada “Platícale al gobernador”, en una maratónica jornada que se realizó en la explanada de la bandera del Palacio de Gobierno y a la que asistió una multitud de ciudadanos en busca de ser escuchados.

Este tipo de acciones no se realizaban desde hace ocho años o más, pues recordemos que durante el malogrado gobierno anterior, lo que menos había era interés de la administración estatal respecto a la atención de las necesidades del pueblo. Al contrario, como hemos comprobado, el objetivo principal fue el saqueo de las arcas estatales, beneficiar a los más pudientes y maltratar a los sectores más desprotegidos.

En este primer contacto masivo del jefe del ejecutivo estatal, éste pudo constatar de viva voz de la gente cuáles son sus principales problemas, sus inquietudes y preocupaciones, las cuales fueron recibidas con mucho interés por la máxima autoridad del estado.

Desde su campaña política, el actual Gobernador había prometido que de llegar al máximo poder estatal, buscaría el contacto directo con los quintanarroenses, quienes fueron ignorados por completo en el sexenio pasado. Si algo caracterizó al gobierno de Roberto Borge fue su alejamiento gradual de sus gobernados, lo que como una calca fiel llevó a cabo también la anterior legislatura.

Carlos Joaquín tiene que trabajar a marchas forzadas para no fallarle a los quintanarroenses, el tener contacto directo con la ciudadanía le permitirá saber sin interlocutores qué piensa la gente, cómo vive, cuál es la idea que tiene de su administración, sin funcionarios que le cuenten mentiras o le inventen problemas donde no existen.

En la primera audiencia pública el Gobernador estuvo acompañado de sus más cercanos colaboradores, unos muy dispuestos a apoyarlo en esta tarea de acercamiento con las personas y otros no tanto. En los días siguientes sabremos si los que se dicen servidores públicos, tienen el talento y el compromiso necesarios para atender las demandas ciudadanas y no poner en entredicho al mandatario estatal.

Tener un encuentro directo con los quintanarroenses puede ser un arma de doble filo, porque si la gente considera que no fueron atendidos como lo esperaban, comenzarán las críticas.

Sin embargo, ello también le permitirá al Gobernador saber cuántos de sus funcionarios tienen la inteligencia, el compromiso y la sensibilidad para atender y solucionar las demandas ciudadanas y no sólo están como meras figuras decorativas que sirven para inaugurar eventos y dar declaraciones rimbombantes fuera de la realidad.

Si la administración estatal ha decidido realizar de manera permanente las audiencias públicas, éstas serán un gran parámetro de cómo percibe la gente las acciones de sus gobernantes, en particular las del Gobernador. Los secretarios del gabinete tendrán que redoblar esfuerzos, despojarse de esa imagen de burócratas de escritorio y dar resultados lo más pronto posible.

No hay peor cosa para los gobernados que darse cuenta que el funcionario miente, que no está interesado en apoyarlo por más que lo declare una y otra vez, como si al repetirlo los problemas se solucionarán de manera automática.

Mucho esperan los quintanarroenses del Gobernador y sus colaboradores, el desastre económico y social provocado por la insensibilidad del que gobernó hasta hace algunos meses no puede solucionarse de la noche a la mañana; la gente espera ver en el gobierno a un aliado dispuesto a apoyarlo, con sensibilidad, solidario y respetuoso. Esperemos que los funcionarios estén a la altura de este reto. Ya veremos.