Licety Díaz/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Con los primeros rayos del sol comienza la jornada en el mercado 28, un sitio marcado para visitar tanto por el turismo nacional como el internacional. En esta Semana Santa, la administradora de este centro de venta de artesanías y gastronomía, Olivia Pérez Orarzabala, señaló que se duplican las visitas de un estimado de mil personas que por lo general van, a dos mil, y poco más de la mitad es turismo nacional.

Muchos de los 10 restaurantes de comida mexicana, además de mariscos y coctelería abren desde las siete horas, para proporcionar a los clientes variedad de menú.

Mientras, temprano los vendedores se apresuran a distribuir sus mercancías, ruedan cajas, acomodan ganchos a la altura del techo a la mayor brevedad posible para recibir a los clientes.

Para la administradora, quien lleva la batuta desde hace 15 años, poco a poco ha notado el incremento de pequeños negocios artesanales, dejando atrás lo que era en sus inicios una central de abastos, disfruta en la medida que el astro rey calienta los establecimientos, vienen las risas, los murmullos, el típico “compre, aquí tengo oferta y precio barato”, y la música que envuelve a muchos locales y al caer la tarde alrededor, de las 20 horas, todo muere hasta el nuevo día que comienza la rutina.

Se diversifica la clientela en el mercado 28 

El paseo de turistas por los pasillos es cotidiano, foráneos de Estados Unidos y Canadá son los que por lo general por años se dejan ver por el lugar, sin embargo, japoneses, chinos, venezolanos y brasileños han ganado terreno en los últimos tiempos.

El turismo nacional es fuerte candidato de compras en el mercado 28, llegan de todas partes.

Contó como dato curioso que de acuerdo al estado de donde sea originario, es el tipo de regalo que se lleva.

Los del Distrito Federal prefieren las playeras, llaveros, entre otros obsequios que tengan plasmado el nombre de Cancún y se note que hayan pisado el estado de Quintana Roo.

El proveniente de Nuevo León o Chihuahua prefiere llevarse artesanías típicas de la región, y que a ellos les resulta raro ver por sus tierras.